Carta abierta para el retorno de un Niño que ya es hombre
Iván Castelló le pide a Fernando Torres que vuelva al Atlético de Madrid
Querido Fernando. Ya está. Ya pasó. Ya no más. Cinco temporadas después de algo que no debió suceder jamás, tu escapada hacia El Dorado para huir del descampado rojiblanco, reconoces ya que ni siendo campeón de Europa eres feliz lejos de casa. Como E.T. ganando las carreras en bici no perdía a cada ocasión lo de señalar con el dedo al cielo. Fernando, Torres por más señas, vente al Aleti, como a Alemania se iba Pepe, en la mítica película de Alfredo Landa, camino que ahora emprenden otros porque el hambre vuelve a apretar. Pero esa es otra historia. No la tuya.
Aunque ya sé que cuesta volver a cruzártelos, al Dúo Dinámico, digo. También sé que ni jugarás la Liga de Campeones esa que has ganado con el sudor de tus últimos minutos y tu prórroga vengando al demonio del Bayern. Total, si lo miras bien, ya la has ganado, puedes coronarte con la Supercopa en Montecarlo (esas las ganamos con superioridad los del Aleti, recuerda la que se llevó el Inter en 2010) y allá en el Chelsea el Di Matteo más ‘catenacciari’ no confió en ti ni en realidad en los demás, colgado del larguero como un murciélago pese a la pasta gansa que invierte año tras año el multimillonario ese del Monopolý que cambia la estación de Bailén por la del Kremlin.
Fernando, aquí volverás al parchís y al dominó (el backgammon y el bridge no los entendemos), a ser querido a cada paso que des, a ser idolatrado, a ser de nuevo lo que fuiste, un 9 de verdad, un goleador, un jugador en el que confiar un equipo entero, aunque mira que llegó a ser malo el que te echaste habitualmente a tus espaldas. Ni a Riquelme te quisieron traer...
Recuerda que, pese a todo, aquí tampoco estuviste tan mal ni dinero te hace falta ya para tu familia ni para que estés tan pancho en tu Fuenlabrada querida, más aún con tus aportaciones. Por resumir, que ya te viste feliz como una perdiz con la bandera de España y el escudo del Atlético en los festejos capitalinos por el Mundial de Suráfrica 2010. Así que, Fernando, da el pasito, levanta el dedito y mueve ficha. Ahora o nunca. Luego será peor, hazme caso, haznos caso: déjate de chorradas y vuelve, regresa a tu casa, a tu estadio, que este invento de rayas rojas y blancas del Vicente Calderón no se mueve, eso dalo por seguro. Otra cosa es que vaya haciendo falta una mano de renovación de asientos y baños tipo la del vecino para evitar otro alirón culé en su megafonía…
Pocas veces un niño necesitó tanto de sus padres, la afición rojiblanca, que no es que te perdone, es que no va a hacer falta. Tú no eres un caso Kun o De Gea. Ni Jurado o Forlán. Ni Hugo Sánchez o Paco Llorente. Ni Parra o Solari. Ni Marcos o Julio Alberto. Ni Eusebio o Julio Salinas. Ni todos ni cada uno de lo que se fueron cuando no debían de un club vendedor (antes por necesidad, hoy por avaricia, que no es lo mismo), pero pagador de algo incontrolable que alcanza de pleno al corazón. Porque tú eres distinto, más que un jugador de fútbol. Eres un símbolo del Aleti. Piénsalo, siento el vello erizado en tu piel. Desde el gol de cabeza al Albacete cuando tus pecas eran por niño y no por discromías cutáneas.
Olvida al Chelsea como ya olvidaste al Liverpool, mucha historia pero un presente nefasto, en la primera, no obstante, de tus decisiones erróneas, como ahora pagas. No cometas más. A Inglaterra un español se marcha a ganar dinero, bien, como a Europa vienen los futbolistas brasileños o a España los portugueses, que ya lo dejó claro Figo. Una vez ya bien contados los bienes gananciales, deja el inglés que para decir "goodbye" te ha dado y vuelve a pedir con toda la placidez del mundo una ‘Pesi’ en el garito del Foro que más rabia te dé. Sabes que estarás invitado. Y eso no tiene precio.
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