78. Wojciech Kowalczyk, fuera de forma

Su velocidad disimulaba su mala forma física.

No sé si será cosa mía o vosotros también notáis que a lo largo de los años hay como 'modas' a la hora de fichar jugadores. A principios de los noventa, parecía que el fútbol polaco estaba continuamente vigilado por la Liga española. El histórico 'Osasuna de los polacos' con Kosecki, Jan Urban y, más tarde, Staniek y Cziober es el caso que se nos viene inmediatamente a la cabeza, pero no fue el único equipo que contó con jugdaores del país que albergará la Eurocopa en unas semanas, incluso los más veteranos recuerden a Lewandoski y su bigote jugando para el Logroñes.

Pero no era por el norte de la península por el único lugar por donde pudimos ver a jugadores polacos en la Liga. En Sevilla, el Betis se hizo con uno de los talentos más llamativos de ese país cuando fichó en el verano de 1994 a Wojciech Kowalczyk (Varsovia, 14 de abril de 1972). Kowalczyk comenzó a sonar al aficionado español cuando se presentó en el Camp Nou con la Selección Olímpica de Polonia en la final de los Juegos de 1992 donde cayó ante España. Formó una delantera interesante aquel verano con Juskowiak (quizás tuvo más suerte en su carrera posterior) pero ya venía pegando fuerte con el histórico Legia de Varsovia.

Porque Kowalczyk comenzó jugando al fútbol en el humilde Polonez hasta que el gran equipo polaco le captó para sus inferiores con 19 años. Pronto se asentó en el primer equipo y sus actuaciones no sólo no pasaban desapercibidas sino que significaban importantes hitos para su equipo en la siempre exigente competición europea.

Se presentó en el Benito Villamarín habiendo arrancado la Liga en Polonia con un buen balance goleador, pero cuentan que cuando Serra Ferrer le vio, lo primero que hizo, antes ni tan siquiera de verle en vivo, fue preparar un plan para que recuperase la forma. El ténico mallorquín no podía creer que aquella bala polaca de la que le habían hablado fuera ese joven con bigote y con algún kilo de más. Quizás porque las primeras impresiones son las que 'marcan una relación' el papel de Kowalczyk como bético no llegó a parecerse al que había mostrado en Varsovia. En aquel primer año disputa una veintena de partidos siendo habitual suplente del 'Toro' Aquino y de Ángel Cuéllar donde consigue cuatro goles. El último en un derby ante el Sevilla, por lo que de cara al aficionado, salvó un poco el honor junto al buen papel del equipo, que cierra la temporada como tercero clasificándose para la UEFA.

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Dos temporada más estuvo en el equipo andaluz y, sin la excusa de la adaptación, sus actuaciones no logran conquistar ni a Serra Ferrer (que ve cómo su presidente logra la cesión de Alfonso) ni mejorar unos números individuales que justifiquen un hueco en la Primera División siendo uno de los descartes en el verano de 1997.

Las Palmas, en la Segunda División, se interesa por un delantero con cierta experiencia en Primera, pero su paso por el conjunto amarillo, sobre todo en su primer año, dista de mejorar la imagen que el aficionado español tiene de él. En las dos temporadas que jugó tan sólo logra seis tantos.

Pero a pesar de su pobre rendimiento en 'La Liga de las Estrellas' su carrera como internacional es firme. A pesar de que no logra disputar ninguna fase final de Mundial o Eurocopa con Polonia es un habitual de las convocatorias logrando once goles entre 1991 y 1999.

Su salida de España abrió un periplo menos llamativo en cuanto a lo mediático pero con mejor rendimiento tanto individual como colectivo. Volvió a su Legia donde le da tiempo a participar en la consecución del título de 2001 y volver a poner su nombre dentro del panorama futbolero de tercer nivel. Así pasa por dos clubes que si bien no son pertenecientes a la aristocracia europea, sí que han dado que hablar en las últimas ediciones de la Champions League (aunque sin que él tuviera relación directa).

En el verano de 2001 ficha por el Anorthosis Famagusta donde juega dos años. El primero de ellos puede resumirse como el mejor de su carrera, logrando 24 goles en 27 partidos dando paso a un segundo donde no logra ni ser una sombra de lo que había sido jugando algunos minutos en un par de partidos y provocando su salida del club.

Sin estar contratado el APOEL Nicosia contacta con él para una nueva oportunidad en un grande de una liga más que menor, un nuevo intento de rescatar una carrera que quizás nunca acabó de arrancar pero a pesar de su voluntad y de que el equipo gana la Liga, su participación es casi anecdótica anotando sólo tres goles y viendo como desde el club chipriota deciden no prolongar su vinculación contractual.

Ante este panorama, y quizás cansado de los viajes, cuelga las botas con treinta y dos años y cinco ligas a sus espaldas aunque acude a la llamada, un año después, de un club amateur de su Varsovia natal, el Absolwent con el que juega una temporada antes de retirarse de manera definitiva.

Una vez retirado descubrimos un nuevo perfil de Kowalczyk, quizás oculto en España por la barrera del idioma. Edita una autobiografía que se convierte en un best-seller a los pocos meses y la televisión nacional cuenta con él como analista de los partidos emitidos por la cadena.

Del mismo modo, en 2008 arranca con una web futbolera donde comenta la actualidad del fútbol polaco así como puntos calientes del fútbol europeo (sí, es otro enamorado del Barça de Messi y Guardiola).

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