La leyenda viva de Frank Lampard
El centrocampista del Chelsea coronó Europa

Existen héroes, seres especiales, mágicos, nacidos para liderar, elegidos por el destino para ser grandes. Seres capaces de seguir siempre adelante, pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, caigan, se levanten, ganen o pierdan.
Frank Lampard conseguía en la Final de Múnich lograr su sueño, batir su meta personal, lograr un objetivo con el que soñaba cada noche desde que Roman Abramovich aterrizó en Londres y aportaba uno de los desembolsos económicos más grandes de la Historia. Frank Lampard era Campeón de la UEFA Champions League.
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Un jugador cultivado en tierra de fútbol, en la madre patria del deporte rey, en el seno de una família que ha respirado fútbol por los cuatro costados. Un futbolista que había nacido predestinado a dedicarse al mundo del fútbol y que, a día de hoy, se ha convertido en uno de los mejores centrocampistas británicos y de la Premier League de la Historia.
Formado en las categorías inferiores del West Ham, siguiendo el historial familiar de su padre, Sr Frank Lampard, y su tío, Harry Redknaap (técnico del Tottenham Hotspur), quienes tuvieron su etapa como jugadores en el conjunto hammer, pronto comenzaría a mostrar sus grandes dotes de comando, visión de juego y estabilidad que, explotados a niveles mediáticos, ha creado y formado a uno de los mejores centrocampistas del fútbol actual.
El West Ham le otorgó la oportunidad de debutar en la Premier League, en el primer escalón de fútbol británico. Elegante sobre el terreno de juego, trabajador e insistente en todo momento, ya sea favorable o negativo el horizonte, tuvo la oportunidad de cumplir el deseo familiar de formarse y asentarse en el West Ham.
El Chelsea se fijaría en él para reforzar el centro del campo blue. Más tarde, con la llegada del empresario ruso Roman Abramovich, el conjunto de Stamford Bridge sufriría una metamorfosis institucional que desembocaría en la llegada de algunos de los mejores futbolistas del Mundo. Allí, entre otros, llegaría Jose Mourinho, el técnico más importante en la carrera deportiva de Frank Lampard, el entrenador que explotó en una temporada brillante la figura de un futbolista que siempre entrega el máximo, que nunca se borra, que es uno de los claros estandartes del conjunto londinense.
Aquel Chelsea de Mourinho precisamente comenzó a dar que hablar a nivel continental tras eliminar a equipos de la talla de Barcelona o, curiosamente, Bayern de Munich, donde Frank Lampard comenzó a dejar claras muestras de un potencial que, a sus 33 años, sigue siendo excelente.
Un jugador que siente su trabajo, que se entrega como pocos, liderando, ejerciendo de cerebro sobre el terreno de juego y elevándose como uno de los ídolos claros de la época más dorada de la historia del Chelsea.
En Múnich el conjunto de Di Matteo tocaba el cielo, explotaba de alegría, se coronaban Campeones de Europa. La primera Liga de Campeones en la historia del Chelsea, muy seguramente la más cara de la historia del fútbol, tras casi 850 millones de euros que han salido del bolsillo de Abramovich con un único objetivo: el trofeo que John Terry y Frank Lampard alzaban en el Allianz Arena.
Frank Lampard se quitaba un peso de encima. En 2008 su madre, Pat Lampard, fallecía a causa de una neumonía a la que no pudo hacer frente. Desde entonces sus goles van dirigidos al cielo, en memoria de una de las personas más importantes de la vida del jugadord. Poco más de un mes más tarde de aquel trágico suceso se disputaba la Final de la UEFA Champions League en su edición 2007/08, entre Manchester United y Chelsea, en Moscú. Un título que se les escapaba a los blues y que, pese al gol marcado por el centrocampista inglés, quedó grabado en el corazón de Lampard, que perdía, además de un importante título, la oportunidad de brindarle el más grande de los éxitos a la que había sido la mujer de su vida.
Un jugador que ha sabido pelear contra todas las barreras, que ha sabido ser correcto, elegante, cordial. Pocas salidas de tono se le recuerdan al jugador. Profesional capaz de esperar cerca de una hora para responder las preguntas de los periodistas en zona mixta. Un ejemplo a seguir de lucha, sacrificio, de fortaleza psicológica. Una auténtica institución del Chelsea, uno de los líderes del vestuario del campeón de Europa.
Un título que supone marcar una equis en el reto de la Copa de Europa, un título que supone devolver a su madre el trofeo que en su día no pudo brindarle. Un título que, curiosidades de la família, supone el triunfo blue y el la consecuente privación del Tottenham Hotspur, conjunto dirigido por su tío Harry Redknaap, de disputar la Liga de Campeones la próxima temporada.
Todo apuntaba a que Frank Lampard, junto a otros estandartes de una generación ganadora blue como son John Terry, Peter Cech o Didier Drogba, se retiraría sin obtener el trofeo más valorado y soñado en el mundo del fútbol a nivel de clubes.
Pero no, el destino les tenía guardado este éxito, este título que convierte de manera oficial al Chelsea en el mejor equipo del viejo continente, que quita el gran peso de encima a Roman Abramovich, que saca la espina clavada de John Terry tras su fallo en 2008, y que convierte a Frank Lampard en leyenda de su equipo y del fútbol inglés.
Un título que cierra una carrera prácticamente perfecta de un líder dentro y fuera de los terrenos de juego.