El fútbol, en vivo y en directo, es más fútbol
El fútbol se respira en los estadios
Los periodistas, a veces, demasiadas veces, perdemos la perspectiva de que el fútbol se puede ver en vivo y en directo, en el estadio, y no sólo por la tele. Con sus pros y sus contras, sólo desde el estadio es cómo se aprecia en su esencia más pura lo que es un deporte que ha llenado tantos corazones que se ha convertido, de largo, en la actividad lúdica más masiva de todos los tiempos en dos siglos ya, el XX y el XXI. El XIX lo dejaremos como lo que fue, el comienzo de todo.
Así que hacer el esfuerzo, pese a la lluvia y unos precios de las entradas desbocados, para ir al estadio merece la pena. Es como un golpe de realidad, una vuelta a los orígenes. Porque los periodistas que escriben y opinan de fútbol ya no van apenas a los estadios. Hace más de una década que se decidió equivocadamente en los grandes periódicos dejar de ir al fútbol, escribir con la tele y sus repeticiones como fuente, con la radio también conectada para contrastar línea editorial. Mejora evidente del horario de los cierres de ediciones compensaban la pérdida de lo natural, que era ir al fútbol a sufrir las mismas incomodidades de los espectadores (o más, de tanto subir escaleras y pasar el mismo frío), rezar por el funcionamiento de la conexión para transmitir el texto y reflejar en lo redactado, en cambio, las sensaciones naturales de haber formado parte como un actor más del espectáculo, del todo que es un partido de balompié en vivo y en directo.
Esa huida de los estadios coincide con la moda enfermiza de diseccionar al milímetro un fuera de juego o una mano que es o no penalti, con la tendencia a que todo parte del arbitraje, la crónica misma de los hechos. Es culpable el aparato de televisión como vehículo para que el periodista no se quede en describir cómo se juega sino por qué no se pita eso y sí lo otro. De ahí a las supuestas persecuciones y conspiraciones, un paso ya dado…
Volver al fútbol, en este caso a un estadio genuino como es Vallecas, es lo que hay que hacer, lo natural para recuperar la concepción literaria de las crónicas de fútbol, todo un arte. Eso sí. Si se equipararan los precios a la Bundesliga, por ejemplo, igual va alguien más. Y ya me refiero a los espectadores. Precios entre 40 y 100 euros ya no son de recibo en un país hundido económicamente. Por si alguien no se había percatado. Y me refiero a lo de hundido.

