La nueva Champions League que quiere Platini

¿Cómo sería el macrotorneo con el que sueña la UEFA?

A caballo entre lo que debería de ser la competición entre los grandes campeones europeos y el deseo/proyecto de una torneo que enfrente a los mejores equipos del Viejo Continente. Y este combinado elegante y que tiende a dejar buen regusto final, se bautiza con un nombre que, desde luego, atenta contra su propia naturaleza 'Liga de Campeones', cuando son cada vez más importantes en él los equipos que llegan sin haber ganado su liga local en la temporada anterior.

Lejos de continuar pelando a la competición reina del fútbol europeo, cabe defender que desde que adoptó su actual formato, el menos imperfecto de los probados en los últimos veinte años, el torneo ha ganado en cuanto a su comodidad a la hora de 'consumir', ya que jamás hubo queja, aunque resulte contradictorio, del nivel de juego allá visto o sobre si alguno de los campeones de estos últimos años ha sido, haciendo una valoración global de su torneo, injusto campeón (¿existe algún ganador injusto en el deporte de equipos?).

Pero de una manera casi paralela, sin pararnos de manera nostálgica a recordar a la Recopa de Europa, la antigua Copa de la UEFA y su revisión en forma de Europa League han ido cayendo en cuanto a atractivo a pesar del último intento del máximo organismo del fútbol europeo de potenciar cambiando por completo su formato y convenciendo a nuevos proveedores para que la patrocinaran. A nosotros, con el buen papel de los equipos ibéricos en sus primeras ediciones bajo nuevo nombre, superficialmente nos puede parece un buen baremo para medir el nivel de nuestro fútbol con respecto a otros de primer nivel, pero no deja de ser, para los protagonistas de todo esto, un poco equilibrado peaje entre la cantidad de partidos ante rivales de irregular fama por un trozo de éxito que acaba eclipsado cuando el campeón de Europa alza a 'La Orejona'.

Y todo esto, que un aficionado con sentido crítico puede observar si se aparca el nivel de euforia alcanzado con tres de nuestros equipos en la semifinales (a los que desde luego nada se les desmerece desde esta artículo), parecería haber cuajado en la mente de Michel Platini si son ciertas las informaciones adelantadas por el diario alemán Bild y rebotadas por diversos medios gracias a la inmediatez de internet.

Según el medio germano, se estaría trabajando en un proyecto de cara a la temporada 2016/2017 en donde la Liga de Campeones pasaría de tener 32 equipos en su fase de grupos a 64. La primera e importante consecuencia es que dejaría de existir una 'segunda competición' europea: moriría la Europa League con fin de liberar fechas y no llenarla de equipos de tercer nivel o de ligas demasiado exóticas. Un tema importante para poder comenzar a debatir sobre la viabilidad y aceptación de este macrotorneo mucho más cercano a la Liga Europea que mentábamos al inicio que a una competición entre campeones, sería conocer el cupo de participantes por país donde, de ser cierto la rumorología, ligas de primer nivel tendría en sus seis primeros clasificados a sus representantes para este nuevo torneo.

Obviamente no todo iba a ser Jauja con esta competición, ya que Federaciones más pequeñas y con menos plazas tendrían asegurada su presencia en la fase de grupos para sus campeones, 'empujando' a los mejores clasificados de ligas más potentes hacia una previa que, ya en verano, nos podría deparar auténticos partidazos en los que ya se jugarían gran parte de las aspiraciones para el año futbolístico. Esto sería innegociable. Desde que llegó Platini siempre ha apostado fuerte por 'igualar' a través del fútbol las grandes diferencias entre países de un mismo continente, y, seamos malos, fue gracias a este discurso como ganó muchos votos en su doble camino hacia la presidencia de la UEFA y de esta manera sostiene su discurso y 'paga favores'.

Pero esta prototipo de super liga europea podría no contar con el beneplácito de la aristocracia futbolística europea que vería como sí, se incrementarían los ingresos, pero también el número de equipos con los que repartirlos, sin hablar de que vendería más enfrentarse al subcampeón alemán en una fase de grupos que al campeón de Letonia. Quizás este sea el primer gran escollo que se va a encontrar el que fuera internacional francés en su camino hacia esta nueva ampliación, ya que no debemos olvidar de que, curiosamente también para 2016, se ampliarán las plazas en la fase final de la Eurocopa, de dieciséis a veinticuatro.

¿Es todo esto mero humo a tenor de las semifinales de las dos competiciones en vigor? Puede que lo sea, pero también se veía como lejana y utópica otra de las ideas de Platini, la del Fair Play económico, que en menos de lo que pensamos, entrará en vigor (2014). Otra de esas ideas ante la que los grandes clubes teóricamente se 'iban a plantar' y que deja claro que la UEFA es bastante más seria que, sin ir más lejos, nuestra Federación o Liga, con más facilidad a ver cómo sus proposiciones se tumban por impopulares, por no contar con el beneplácito de Barça y Madrid o, simplemente, por la televisión, la que pone el dinero y la que reescribe en tantas ocasiones las reglas. Tomemos nota.

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