La piccola Italia

Los equipos italianos vuelven a naufragar en Europa

Era una tarde de febrero, en las horas previas del SienaNapoli, partido de ida por las semifinales de la actual edición de la Copa Italia. Los hinchas caminaban rumbo al “Artemio Franchi” satisfechos de haber alcanzado por primera vez la penúltima instancia de la competición y repetían “comunque vada sarà un successo” (pase lo que pase será un éxito). Pocos, muy pocos, pensaban en el hecho que esos 180 minutos que estaban por comenzar eran una oportunidad histórica estar en la UEFA Europa League 2012-13. En este ejemplo se resume el fracaso italiano en Europa.

Durante los años 90, se hablaba de las Siete Hermanas, para referirse a los equipos que dominaban el Calcio: Juventus, Milan, Inter, Parma, Lazio, Roma y Fiorentina. Hoy, sólo para los tres primeros ganar es una necesidad absoluta mientras los otros viven en una lucha continúa por sobrevivir en la Serie A y las ambiciones continentales son secundarias.

La Italia futbolística no ha evolucionado a la par con el resto de Europa. El equipo medio del Calcio está acostumbrado a cerrarse en defensa, aglomerar 7-8 hombres detrás de la línea del balón buscando el gol con alguna oportunidad puntual y el contragolpe. Pero de nada sirve este táctica cuando hay piernas pesadas y velocidad en su mínima expresión. Así explicamos el primer fracaso de los clubes italianos: no superar las fases previas de Champions o Europa League. Jugar en julio/agosto un partido oficial es considerado un calvario en Italia; de hecho, en pasado más de uno renunció a la Intertoto. Si se supera la fase previa bien, si no, adelante con la Serie A.

Por muy insólito que parezca, los clubes que no son de élite le dan prioridad absoluta al campeonato porque es mucho más duro y saben que en un descuido, pueden encontrarse coqueteando con el descenso. Eso lo enseña el Udinese de la 2005-06: tras una digna participación en Champions League donde cae eliminado en el último partido de la fase de grupos por el Barcelona, los friulanos llegaron a merodear el fondo de la tabla de posiciones porque no tenían los medios para hacer frente a las dos competencias.

Son pocos los clubes italianos que hoy en día demuestran un fútbol inteligente y que puede competir fuera de las propias fronteras. De hecho, no es una casualidad que Napoli y Udinese, los dos que mejor juegan en Italia junto a la Juventus, hayan sido los únicos que dejaron un buen sabor.

El rendimiento italiano en Europa viene en picada y para la temporada que viene tendrá sólo tres cupo en Champions League, algo que paradójicamente podría ser una bendición. Un participante menos significa, en teoría, menos derrotas y más clubes de peso en la Europa League, que donde se hacen los puntos pesados para el ranking UEFA. Ya la próxima temporada los participantes bien podrían ser Napoli, Udinese y uno entre Inter y Roma que, con todo respeto, representan una mejoría absoluta sobre los Genoa, Palermo o Chievo de temporadas pasadas.

Para salir a flote hay que tocar fondo y en el fútbol italiano, si no lo ha tocado aún, poco le falta. Habrá ciertamente aprendido la lección esta Italia hoy dormida en los laureles que ya comienza a hablar incesantemente de la necesidad de estadios propios, proyectos “europeos” y valorización de las canteras.

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