Bajando de las nubes a Gerard Piqué
El central volvió a ser suplente

Un hombre está siendo claramente cuestionado en el seno del Barcelona en las últimas fechas. Un ídolo de la afición barcelonista que siempre suele estar en el primer foco de la actualidad, ya sea por temas deportivos o por declaraciones que en muchas ocasiones sobrepasan la barrera de la cordialidad.
Gerard Piqué, un hombre extrovertido, polémico a la vez que elegante. Un auténtico profesional que se ha convertido en el complemento perfecto de Carles Puyol tanto en el Barcelona como en la Seleccción Española. Sin embargo, sus grandes dotes futbolísticas siempre se ven sobrepasadas con declaraciones polémicas que dejan en un segundo plano su excelente profesionalidad.
Su propia família afirma en la biografía publicada hace un año que siempre ha sido una persona incontrolable, que siempre ha hecho finalmente lo que él quería, y ahora que ya es un adulto formado sigue dejando ejemplos de su personalidad.
Sin duda alguna era uno de los jugadores fijos para Pep Guardiola. Su estatus de titular era intratable en el once inicial del conjunto barcelonista. Considerado uno de los mejores centrales del Mundo en la actualidad, sin duda. Sin embargo, un punto de inflexión, un encuentro que marcó un antes y un después para el central catalán.
Encuentro Osasuna-Barcelona. Un partido en el que la defensa culé dejó mucho que desear y que la diferencia respecto al Real Madrid se acentuó todavía más. Piqué, entre otros, fue de los jugadores señalados. Desde entonces varias suplencias, tanto en la Liga BBVA como en Liga de Campeones. La última en el estadio Vicente Calderón frente al Atlético de Madrid, curiosamente escasas 24 horas después desde que el jugador barcelonista había publicado una de tantas fotografías en sus respectivos perfiles en redes sociales que hacen referencia a su vida personal, acciones que no agradan en exceso al entrenador de Sampedor.
En los tiempos de hoy en día el ego de las celebridades se vende mucho más barato. Cualquier futbolista, al igual que otro usuario, tiene acceso a crear una cuenta en cualquier red social y sondear de algún modo directo el número de fans y seguidores que tiene. Una situación que, si ya de por sí los futbolistas adquieren los galones de deseados, de ídolos, con este tipo de sistemas de comunicación puede llegar a levitar del cielo a los jugadores.
El central del Barcelona es uno de los casos más mediáticos tanto en Twitter como en Facebook. Esta situación nota en cierta medida que es una barrera al total control absoluto que persigue Pep Guardiola de sus jugadores, lo que puede haber molestado (dada su regularidad en este tipo de acciones) al entrenador y se haya traducido en diversos toques de atención como los que se están produciendo en las últimas semanas Piqué.
Un jugador que nunca se calla, que nunca piensa en si sus declaraciones puede montar revuelo, contrastando notablemente con la calma que emiten parte de sus compañeros. Un jugador que no recibe cariño especialmente desde el otro punto del puente aéreo y que parece que su propio entrenador comienza a darse cuenta de su conducta, que comienza a 'afectar' en cierto modo a su rendimiento en los últimos encuentros.