Fracasar en Londres sale gratis

El Arsenal no ganará ningún título

Cuando un equipo de fútbol se marca una serie de objetivos en verano, antes de que empiece la temporada, nunca piensa que dichas metas se irán, que siempre estarán ahí dispuestas a ser cumplidas, a ser batidas.

El Arsenal iniciaba una temporada más, un curso más intentando volver a la senda de los triunfos. Cuatro títulos tales como Premier League, UEFA Champions League, FA Cup y Carling Cup eran los que se presentaban sobre la mesa como el mejor de los menús alimenticios. Todos platos apetecibles puestos sobre el mejor de los manteles. Ahora bien, tan solo cuatro platos para demasiada gente, en este caso clubes.

Cuando dentro del propio club existe una propia filosofía deportiva suele ser claro síntoma de tener las cosas muy claras, de obtener resultados claros por el hecho de haber transparencia. Sin embargo, en Londres, en el seno más profundo del Emirates Stadium, existe una filosofía que sí, quizás haya tenido algunos ejemplos positivos pero que a la larga se resume en números rojos, negativos, poco productivos, lo que al fin y al cabo se ha traducido en un proyecto deshauciado deportivamente y al que a actualmente se le ha agotado cualquier tipo de crédito que pudiera quedarle.

Arsene Wenger se ha caracterizado en las últimas temporadas por adquirir jóvenes perlas, futbolistas todavía en formación para brindarles la oportunidad convertirse en jugadores profesionales, ponerle las guindas y un tiempo después sacar tajada en traspasos que llenen las arcas del club.

El caso más claro ha sido el de Cesc Fábregas. Un joven mediocentro catalán de dieciséis años que militaba en la fructífera cantera de la Masía hacía las maletas con destino Inglaterra, con destino Highbury, donde se convertiría años después en el auténtico líder de lo gunners. Otros casos como el de Wilshere, Szczęsny, Theo Walcott son algunos de los numerosos ejemplos de jóvenes jugadores que fueron en su día recopilados por el técnico francés con el fin de obtener resultados a largo plazo y contar con una plantilla competitiva con un reducido coste.

El riesgo es alto y como resultado puede obtenerse la actual situación de los cañoneros de Londres. Una plantilla exenta de experiencia, con ilusión, sí, pero sin galones suficientes como para obtener resultados y éxitos a nivel nacional y continental.

En pleno de mes de Febrero, casi Marzo, con algo más de dos meses todavía de competición pura y dura. Un punto de la campaña en la que los resultados no deberían ser tan claros y tan evidentes como los que vive el Arsenal y que refleja, una temporada más, una vez más, un fracaso deportivo que ya señala directa y seriamente a la figura del entrenador francés Wenger como el principal 'culpable'.

Sin opciones en Premier League viendo el nivel de los considerados, junto a los gunners, aspirantes al título tales como Manchester City, Manchester United, Chelsea o Tottenham. Eliminados en los dos campeonatos coperos como son FA Cup y Carling Cup. Todavía vivos en la UEFA Champions League, sí, en Octavos de Final frente al AC Milan, pero con un resultado en contra de 4-0 del encuentro de Ida que, teniendo ya en cuenta de por sí el abultado marcador sumado a la diferencia visible de rendimientos, les deja prácticamente sin opciones de pasar la eliminatoria para cualquier mente lógica que sea capaz de absorber dichas sensaciones.

Un proyecto que sigue tocando fondo temporada tras temporada, que ya no obtiene ni jóvenes valores capaces de salir adelante, ni por supuesto tampoco resultados deportivos que les conviertan en equipos importantes, respetados y que, una temporada más como viene siendo la tónica de los últimos años, les deja sin ningún tipo de opciones a nada y en pleno mes de Febrero les priva de aspirar a ningún título.

Al Arsenal, equipo considerado importante tanto a nivel británico como continental, le sobran en torno a tres meses de competición. Triste, pero cierto.

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