La segunda juventud de Carles Puyol
Sus cualidades siguen intactas.
La figura del líder, tan divina en ocasiones. Una silueta que representa valores éticos, valores humanos y cualquier tipo de valoración que le colocan como un ser capaz de movilizar a masas, de liderar a grupos. Una persona con carácter suficiente para hablar en nombre del resto.
En el fútbol, evidentemente, existen líderes. Muchos de ellos son los considerados cracks, esos futbolistas capaces de marcar la diferencia por sí solos, capaces de lograr grandes resultados positivos basando el apoyo continuo de sus compañeros. A simple vista aparecen nombres como los de Leo Messi o Cristiano Ronaldo, líderes absolutos de las parcelas ofensivas de Barcelona y Real Madrid respectivamente.
Particularmente, en Can Barça, existe un futbolista que es más que un líder, más que un capitán. Un auténtico ídolo de masas por su trabajo, por su regular rendimiento y por los valores que representa portando el brazalete de capitán siempre y cuando las cada vez más constantes lesiones se lo permiten.
Carles Puyol, palabras mayores para el fútbol barcelonista y español. Un jugador que debutaba en la Temporada 1998/99 con Louis Van Gaal y que actualmente, a sus 33 años, es el auténtico líder institucional sobre el terreno de juego del que es considerado en la actualidad mejor equipo del Mundo.
Un futbolista que pese a su edad sigue constante, sigue convirtiéndose en un auténtico muro para los jugadores rivales. Un auténtico portento físico en el juego aéreo que en la gran mayoría de ocasiones deja atrás incluso su estabilidad con tal de rematar y despejar balones.
No importa la camiseta que defienda. Ya sea en el Barcelona como con la Selección Española siempre muestra su mejor nivel. Intratable en defensa, pero además el complemento ideal para su pareja en el eje de la zaga defensiva, ya que su espíritu luchador y su entrega maquillan la actuación de sus compañeros, ya sean Gerard Piqué tanto con su equipo como en el combinado nacional o Sergio Ramos cuando Vicente del Bosque le coloca de central.
La voz de la experiencia. Un jugador formado en mil batallas que ya ha entrado en la Historia como capitán de uno de los mejores equipos que se hayan visto nunca, lo que engrandece todavía más la figura de un Carles Puyol que está viviendo una segunda juventud.
Su equipo nota en exceso sus bajas. El rendimiento defensivo cuando el catalán no está sufre en un mayor porcentaje. Los ataques contrarios parecen más peligrosos, la seriedad no mantiene el mismo nivel y el técnico Pep Guardiola es consciente de ello.
Admirado y respetado por cualquier rival. Ese tipo de jugadores que en muy pocas ocasiones es criticado por las aficiones contrarias. Su compromiso tanto a nivel de club como cuando defiende los colores de la Roja le han convertido en un ídolo de masas.
Criado en la fructífera Masía reúne, además, los valores éticos y deportivos del Barcelona como institucional, como club y sobretodo reúne unas cualidades deportivas y físicas que le convierten en uno de los mejores centrales del Mundo, sino es el mejor.