94. Chemo Del Solar. Un tocador en tiempos revueltos
Vino a tocar cuando el Valencia se puso a correr
Valdano, con su filosofía de toque, afrontaba una temporada en la que se anunciaban grandes éxitos con futbolistas exquisitos y de asociación acorde a la filosofía que quería implantar el club. Paco Roig, Presidente del Valencia, gritaba a bombo y platillo en la presentación: "Tenim un equipaço", en una mezcla de lenguajes y cultura muy en la línea de la plantilla que se había conformado para afrontar un año ilusionante, donde el juego de toque y de ataque de Valdano, pasó a mejor vida, sucedido por el repliegue y el contragolpe de Ranieri.
La mano derecha de Valdano
Chemo Del Solar era la máxima expresión de lo que quería Valdano para su Valencia 1997-98. Un hombre en el centro del campo con una zurda excelente que interpretaba la idea que el técnico argentino quería de su equipo. El eslogan, "cortita y al pie", le venía al pelo. Un equipo a imagen y semejanza de Valdano. Elegante, bello y muy poco efectivo.
Del Solar, zurdo estilista, de muy corto recorrido, era un jugador que venía de un fútbol sudamericano que nunca había triunfado en Europa. No obstante, Valdano, que hizo grande al Tenerife años antes a través de un juego que canalizaba Redondo. Claro que Del Solar no era Redondo, aunque jugara en esa posición, que en el fútbol sudamericano se nombra como la del "5".
Tuvo su esplendor, precisamente, en la isla. De allí fue al Salamanca para liderar un proyecto que acabó... en Segunda División. Fue su época más rentable en la parcela goleadora, (seis tantos), pero su fútbol estaba reñido con bajar al barro de la clasificación a rescatar puntos para un equipo con el objetivo de la permanencia. La siguiente parada fue Vigo. El Celta, muy vinculado también al fútbol de asociación, el pase corto y la elaboración desde atrás empezando por el pivote como referencia, hizo una gran temporada que le valió para firmar por el Valencia CF.
Socios
Para darle salida a la pelota Valdano firmó a Djukic como jefe de la defensa, a quien le puso un "perro de presa" para hacer de "poli malo" en la zaga, Cáceres. Pero la idea de cómo tenía que funcionar el equipo era a través de dos hombres como Chemo Del Solar y Moussa Saïb. Para completar el centro del campo, Valdano había traído a Milla, un veterano que sólo tenía que mandar en el vestuario y argumentar esta filosofía y un juvenil, Gerard López, que era una de las grandes promesas del fútbol español.
Para culminar el proyecto, se firmó a Romario como la gran estrella que cerraba la cuadratura del círculo. Nada de de esto funcionó.
El detonante del fracaso
Todo el proyecto comenzó a hacer aguas cuando Valdano se lío en Santander e hizo coincidir sobre el terreno de juego a cinco jugadores extranjeros, cuando la cuota máxima permitida por la Liga eran cuatro. El desajuste fue terrible. Juan Cruz Sol, a quien le costó el cargo de Delegado del equipo, reaccionó minutos más tarde y, apresuradamente se retiró a Djukic del campo, lo que, para colmo, le costó la expulsión.
El Club no aguantó más excentricidades de su elegante pero inservible entrenador después de que el equipo encadenara cinco derrotas consecutivas.
Ranieri, del toque al contragolpe
El sustituto de Valdano fue Ranieri, que se encontró con una plantilla que en nada comulgaba con su idea de fútbol. Es como fichar a Rossi y darle una moto de trial o firmar a Toni Bou y darle la Honda RC 212V. De repente, los Saïb, Del Solar, Carioca y los jugadores que la querían cortita y al pie se encontraron como un pulpo perdido en el monte. El equipo cambio de chasis, de velocidad y de idea. El cambio llegó en Valladolid.
En estado de alarma, el Valencia llegó a la capital pucelana último y con unos números alarmantes. Ranieri cambió a Chemo Del Solar por... Fernando Gómez Colomer. Y colocó al "10" del Valencia, al histórico capitán y al hombre que parecía que tenía que desempeñar un papel secundario, casi de acompañante del grupo... como defensa libre en el centro de una zaga de 5.
La posición de pivote que enganchaba con el juego desde atrás pasó a mejor vida y Del Solar perdió todos sus privilegios en el grupo. Curiosamente, marcó su único gol con el Valencia en el siguiente partido, en Alicante, contra el Hércules, donde nuevamente el Valencia volvió a jugar como un equipo pequeño, agazapado atrás y a contragolpearle al Hércules, y consiguió, como en Zorilla, un 0-3 que comenzaba a cicatrizar las heridas.
Ranieri comenzaría a asentar las base sobre lo que él quería. Un centro del campo peleón que robara la pelota y transitara a toda velocidad hacia el ataque. Romario empezó a ser casi una molestia, y hombres como Vlaovic y Piojo López, cobraron importancia, y la llegada de Ilie fue el gran acierto.
Del Solar no tenía cabida en un centro del campo peleón. Primero fue la figura de Fernando, pero luego, hombres como Milla o Farinós empezaron a cobrar importancia hasta que Mendieta, pasó de ser un lateral derecho peleón a un medio centro prestigioso. Ni rastro de los Saïb, Carioca... Hasta Angulo y Morigi encarnaban el espíritu de este nuevo Valencia.
Del Solar, cogido de la mano de Valdano y el estilo de toque, salió por la puerta de atrás con más pena que gloria.
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