Copa África 2012: Guinea Ecuatorial y lo que debería ser una fiesta

Desencuentros entre nacionalizados y nacionales en el exterior

Albergar la Copa de África en 2012 será algo muy positivo para el fútbol de Guinea Ecuatorial. Y no sólo por la remodelación y ampliación de sus dos estadios junto a un 'lavado de cara' en cuanto a infraestructuras básicas, sino que en primer lugar, supuso casi desde que se supo la concesión, que por fin contaría con una liga profesional. Hasta hace bien poco el fútbol semi amateur que se disputaba en el país se dividía en un par de liguillas en torno a la capital Malabo y a Bata, su principal urbe en cuanto a población.

Casi a la par que el anuncio de la inversión para profesionalizar el fútbol en Guinea Ecuatorial se presentó a Henri Michel como nuevo seleccionador. Todo un esfuerzo en pos de hacer un buen papel en 'su' CAN la contratación de un técnico con mucha experiencia en el fútbol africano, no en vano ha sido seleccionador de Camerún, Marruecos, Túnez (en dos ocasiones) y Costa de Marfil además de haber dirigido a varios clubes del norte de África. Una apuesta que debía ser sobre seguro pero que 'salió rana' y que ha acabado con el francés presentando una segunda y definitiva dimisión a pocas semanas del inicio del torneo.

Según cuentan varios internacionales, la gestión del equipo de Michel distaba mucho de buscar el mejor rendimiento y sólo buscaba sacar algo de dinero de manera rápida.

El núcleo duro de la selección tiene base en España. Juvenal, capitán del equipo, fue uno de los pocos que sobrevivió a la criba de jugadores nacionales que fueron sustituídos por futbolistas nacionalizados de Gabón, Camerún, Costa de Marfil o Nigeria que se desempeñaban en las liguillas locales. El motivo según explicaba el seleccionador era aprovechar esta Copa África para formar una base de jugadores de los torneos locales pero según los que habían sido internacionales antes de la llegada de Michel, se había 'menospreciado' a los guineanos que juegan en España y que podrían ofrecer un nivel más alto que estos nacionalizados.

El enfrentamiento entre guineanos en España y nacionalizados en Guinea repercutió en la selección y creo una división entre el aficionado pero que parece haber llegado a su fin con la salida de Michel y la elección del brasileño Antonio Dumas como nuevo seleccionador.

Pero si la llegada de Dumas debía calmar el tema deportivo devolviendo protagonismo a los nacionales, no ha sido igual a otros niveles. Y es que durante la estancia de Michel (sin que tenga nada que ver) Ruslan Obiang Nsue fue destituído como ministro de Deportes y relevado por Eyegye Obama. Lo que debía ser un cambio hacia mejor ha sido el inicio de una campaña de Ruslán Obiang para dificultar la labor de su sucesor y tratar de recuperar su cargo.

¿Qué relación tiene todo esta trama política con el Nzalang? Mucha y de daños directos. El primero fue que se dificultó todo lo posible los trámites burocráticos para que Dumas asumiera el cargo de seleccionador, retrasando así su trabajo e incluso hay quien habla de otros planes para que la participación del equipo en la CAN y su labor como organizador sean deficientes y fuercen la salida de Eyegye Obama.

Finalmete, Dumas no asumió y fue otro brasileño, Gilson Paulo, quien a dos semanas del inicio del torneo se hizo cargo del equipo nacional.

Así, lo que debía ser una gran fiesta para el fútbol guineano y un buen punto de partida hacia el fútbol profesional ha servido para provocar unos problemas de intereses ocultos y poco relacionados con el fútbol que podrían aguar la gran fiesta para Guinea Ecuatorial. De momento, el problema de los jugadores guineanos que juegan en España parece superado, ya que diez han sido seleccionados para disputar la CAN.

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