Matt Le Tissier: Un santo fiel y artista
Le God enamoró al mundo con sus genialidades

Matthew Paul Le Tissier, palabras mayores. Droga dura hecha talento. Un jugador de fútbol poco convencional que estuvo a medio paso entre lo terrenal y lo divino, como a medio paso estuvo de Inglaterra y Francia un 14 de octubre de 1968, fecha en que vino al mundo en la pequeña isla de Guernsey, un pequeño trozo de tierra enclavada en el Canal de la Mancha.
La historia futbolística de Matt es tan brillante como sencilla, hasta el punto que se podría resumir en dos palabras: FIDELIDAD Y ARTE.
FIDELIDAD: Matt debutó con los Saints del Southampton F.C. en 1986 y después de vestir la camiseta rojiblanca en 540 partidos entre liga, Copa y Copa de la Liga, y anotar 210 goles, se retiró en 2002 después de dieciséis prolíficas temporadas (1986-2002) al servicio del club costero, del que fue emblema, orgullo y buque insignia ganándose el cariño de la afición de los Saints hasta el extremo de entrar como monaguillo con tan solo 17 años y salir como Le God (El Dios) con 33. A lo largo de sus 16 temporadas en el club, Matt Le Tissier recibió suculentas ofertas para cambiar de aires siendo famosas las del Chelsea y el Liverpool, llegando a sonar incluso para la Lazio y el Atlético. Cualquier otro jugador hubiera caído en la tentación de fichar por un grande y abandonar el “purgatorio” de luchar cada temporada por la permanencia. La idea de lo modesto que era el Southampton es el hecho que según el propio Le Tissier el mejor jugador con el que jugó jamás fue el danés Ronnie Ekelund (sí sí….el del Barça B). Matt siempre fue fiel a sus colores y nunca quiso escuchar los cantos de sirena que venían de Londres, Manchester o Liverpool. Él, como hombre que nació en una isla, siempre supo que los cantos de sirena se escuchaban mejor en Southampton, población costera, y allí se quedó hasta convertirse en la mayor gloria futbolística que el club haya dado jamás en sus 126 años de historia.
No obstante, el precio que debió pagar por su amor al club fue alto. Tan solo jugó 8 partidos con la camiseta de Inglaterra, lo que supone uno de los sacrilegios más grandes de la historia del fútbol. Es vox populi que Matt fue de niño un hincha incondicional del Tottenham, algunos dicen que el motivo no era otro que su admiración por el entonces jugador spur Glenn Hoddle. En 1998, fue precisamente Hoddle, seleccionador inglés en aquel tiempo, quién le privó de la posibilidad de asistir al Mundial de Francia, al dejarlo fuera de la lista de 23, en una decisión no exenta de polémica. Epic fail que dirían ahora.
ARTE: La concepción de arte en el fútbol se reinventó en las Islas gracias a Le Tissier. Esta afirmación categórica no es para nada exagerada, y prueba de ello es que para muchos ingleses, Matt ha sido el mejor futbolista inglés de los últimos 20 años. Tal vez no fuera el más completo y desde luego no era ni el más veloz ni el más goleador, pero sin duda fue el jugador más técnico y más plástico de su época, perdurando su imprenta de clase y elegancia hasta nuestros días. Era una institución de la Premier, reverenciado por su hinchada y compañeros de vestuario, y admirado y respetado por sus rivales. Un lujo para el espectador. Un pintor, un artista. Ver como conducía el balón recuerda rápidamente a la manera en que el gran Zidane lo hacía. Su pegada de balón con la derecha era temible y certera hasta el punto que cuando las escuadras de las porterías del vetusto The Dell estaban sucias, rápidamente aparecía Matt para limpiarlas en forma de gol.
Sus regates y su manera de correr parecían un baile perfectamente acompasado pese a que en reiteradas ocasiones “le pesara el culo” como él mismo solía decir, y es que Matt se cuidaba poco, era poco agraciado y tenía entre sus vicios el chocolate, la cerveza y la comida grasienta. Todo muy british.
La sensación de superioridad que transmitía sobre sus rivales y sus propios compañeros de equipo era evidente, eso parecía incomodarle, como si sintiera vergüenza al demostrar su innegable calidad, como si no quisiera abusar. Fue el primer centrocampista en alcanzar la increíble cifra de 100 goles en la Premier League, y su record de penaltis anotados se sitúa en un increíble 48 de 49. Mark Crossley, portero del Nottingham Forest aún presume de ser el único que la paró una pena máxima.
Un 19 de mayo de 2001, Matt Le Tissier marcó en The Dell el último gol de su carrera y del estadio que lo encumbró.
[video:http://www.youtube.com/watch?v=y-bPkX1gP3o]
Han pasado más de diez años desde aquel instante e Inglaterra sigue buscando un jugador de su nivel y su carisma que pueda cubrir el hueco que dejó el ilustre saint, un futbolista divino que eligió ser terrenal y que sirvió de inspiración a toda una generación.
El talento de este superclase del fútbol mundial, al que se le infravaloró en ciertos momentos queda patente cuando ‘un tal’ Xavi Hernández afirmó en 2010 que Le Tissier fue una de sus mayores inspiraciones en su adolescencia:
“Su talento era simplemente algo fuera de la normal. Podía regatear a los últimos siete u ocho jugadores sin velocidad y acababa asistiendo o marcando como si fuera paseando. Para mí, él era sensacional”
Cuando estas declaraciones llegaron a Matt, este no dudó en afirmar:
“Cuando leí que era uno de los ídolos de Xavi, pensé en hacerme una camiseta que pusiera ‘Xavi Loves Me’”
A Le Tissier se le atribuye la frase ‘No estamos aquí por mucho tiempo, pero si para pasar un buen rato’, toda una declaración de intenciones de un hombre afable e idolatrado por muchos, si bien es cierto que como ocurre con la mayoría de artistas, el reconocimiento le llegó con el paso de los años.
[video:http://www.youtube.com/watch?v=pfpP3zOfEPs ]
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