Marcelino confía ciegamente en Dos Santos

Un talento lastrado por las decisiones incorrectas

Desde que llegó para hacerse cargo del Sevilla, Marcelino García Toral tenían un nombre en su cabeza que veía si no clave, si importante para hacer funcionar al equipo hispalense: Giovani Dos Santos. Ambos habían coincidido hacía unos meses en el Racing de Santander donde quizás se haya visto las actuaciones más completas del mexicano sin contar su buen hacer en su selección nacional, siendo clave para la permanencia de los cántabros en Primera.

Las negociaciones con el Tottenham y la actual situación económica del Sevilla no permitieron llevar la operación a buen puerto y con la inminente reapertura del mercado su nombre vuelve a estar ligado con fuerza al equipo sevillano (en 'competencia' con el de José Antonio Reyes) y se podrían las condiciones para que uno de los jugadores con más talento de su generación acabe de explotar de manera definitiva, que despeje la duda de saber si es un buen jugador o un gran jugador.

Porque Gio es uno de esos talentos captados por los ojeadores de La Masía y que llegó a disputar encuentros con el primer equipo del FC Barcelona hasta el punto de ilusionar como un jugador de futuro y, para los forofos más optimistas, ser el relevo de Ronaldinho en un futuro a corto plazo. La llegada de Guardiola, tras la turbulenta temporada 2007/2008 provocó un 'sacrificio de vacas sagradas' y la por aquel entonces sorprendente salida de Dos Santos rumbo a Londres. Sólo unos meses después se supo que en Can Barça preocupaba la mala asimilación de la fama del jugador (todo un icono en su país) y sus escarceos nocturnos en la capital británica no hicieron más que desencantar a quienes tenían puestas esperanzas en él.

Pero al mismo tiempo que su papel en el Tottenham era menor sus actuaciones con México le mantenían en boca de todos. Ni la cesión al Galatasaray le restó consideración y sí presentó la reflexión sobre si valdría para jugar en un equipo que le permitiera crecer sin exigencias ni presiones.

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En estas que su carrera se cruza con la de Marcelino y la Liga española vuelve a encontrarse con un gran Giovani que con cinco goles en dieciséis partidos (tercer máximo goleador del equipo sin ser delantero) otorga al equipo santanderino diez puntos fundamentales para lograr una salvación que se vendió cara la pasada temporada. Pero ese buen momento y su fantástica Copa Oro no le vale para ganar minutos de calidad en el Tottenham donde juega partidos poco transcendentes.

Ahora vuelve a aparecer el técnico asturiano, un equipo que le debería propocionar más minutos y sobre todo le devolvería la sensación de sentirse importante, la confianza de volver a ser ese jugador de conducción, desborde y buen disparo con condiciones para ser un jugador importante en un torneo de primer nivel a sus 22 años, una edad en la que debe señalar si da el salto o se queda en el camino.

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