La llegada de Simeone al Atlético de Madrid

Hay jugadores que incluso antes de que se planteen la retirada ya desprenden aroma a futuro técnico. Lo de exitoso o no ya depende de otros factores, pero esos jugadores que no sólo juegan, sino que dirigen siendo algo más que la extensión del entrenador en el campo.

Diego Simeone era de ese tipo de jugadores. No sólo fue un gran interior capaz de hacer muchas funciones sobre el campo, sino que era capaz de 'leer el partido' sobre la marcha y predisponerse en función a lo que su equipo necesitaba y ordenaban a sus compañeros desde la posición de líder carismático. Seguramente haya que tener también carisma en cantidades similares a los conceptos en la cabeza para 'hacerte imponer entre iguales'.

Tras su retirada, a nadie sorprendió que Simeone iniciara rápidamente una carrera como entrenador donde ya ha probado las mieles del éxito (títulos con Estudiantes y River) y le han dado algún que otro palo, como sus experiencias en San Lorenzo o la única europea hasta el momento, en el argentinizado Catania, donde logró la salvación pero no con la suficiente holgura como para continuar con el proyecto.

Pero desde que se sentó por primera vez a dirigir a Racing en 2006 (ha estado en dos etapas diferentes con la Acadé) muchos, sobre todo desde el lado rojiblanco de Madrid, le señalaban como futuro entrenador del Atlético de Madrid.

Uno de los extranjeros que no sólo dio un rendimiento altísimo en las dos etapas en las que vistió la zamarra atlética, sino que también personificó los valores que desde la exigente grada del Calderón piden a sus jugadores, parece estar a punto de 'cerrar el círculo' llegando al siempre complicado banquillo del Atleti.

La situación insostenible con Gregorio Manzano y las prisas del argentino por abandonar Racing parecen ser señales inequívocas de que 'algo hay' entre el equipo del Manzanares y el que fuera su 14 y, según cuentan los que saben, tiene tablas y conocimento (tanto formativo como de lo que ocurre en el club) para sacar el proyecto adelante.

Y aunque para muchos este vaya a ser el principio de una bonita historia de amor (ya veremos si con final feliz o no) para los hinchas de Racing esta ha sido, tal vez, la última puñalada que le perdonen al 'Cholo', porque su salida no ha sido desde luego la más elegante.

A pesar de haber estado peleando el título casi hasta el final con la Academia y de haber logrado una plaza para la Sudamericana, parece que el entrenador quería cerrar un ciclo que en las últimas semanas se ha desarrollado en un escenario que no era el de su agrado. Críticas desde la directiva (a pesar de que querían contar con él) y una figura algo cuestionada desde la grada hicieron que enviara a su hermana y representante a presentar su dimisión. Un gesto que no ha acabado de gustar y que ha sido calificado como poco elegante.

Las prisas por llegar a Madrid (se dice que podría viajar antes del 29) o un fuerte descontento para él inmerecido empañan una trayectoria más que correcta en su último torneo con su Racing, al que habría puesto en un segundo lugar ante la aventura de hacer algo grande con uno de los equipos que le dio todo en su carrera como jugador.