Nacional, el de los jóvenes veteranos

A pesar de que un equipo de su carácter e historial le obliga a dar la cara siempre, este Apertura olía a transición para Nacional. El buen momento de Peñarol, finalista de la Libertadores, junto a algunos movimientos en la plantilla, si bien invitaban a pensar en ellos como en candidatos, no se atisbaba una diferencia abismal entre otros equipos como sí se había visto en otros torneos.

Además, dos cambios, uno en el banquillo y otro en el campo, habían despertado ciertas dudas. La llegada de Álvaro Recoba al equipo que le catapultó a la fama arrastraba cierta polémica. El que fuera estrella del Inter, había tenido alguna declaración ambigua sobre la posibilidad de jugar en Peñarol, algo que para la fiel y ruidosa afición del Bolso fue tomado como una traición. Por ello, lo que tenía que ser una fiesta, la vuelta de un hijo pródigo, fue un refuerzo algo frío en su inicio.

En el banquillo la novedad fue que asumió Marcelo Gallardo. El que fue internacional argentino llegó el pasado año a Montevideo para jugar en Nacional pasó al cargo de entrenador debutante y muchos no apostaban por que el equipo pudiera asumir sus conceptos en un año y más sin tener un rodaje previo que invitara a confiar en el equipo.

El inicio no fue el mejor. En el primer mes de competición sólo consiguió una victoria en cinco partidos (cuatro empates) y su defensa, que encajó ocho goles, parecía acusar la salida de Seba Coates. El mes de septiembre, tras una goleada a Cerro Largo, se cerró con una derrota por la mínima ante Bella Vista.

Esta marcha regular, pero sin llegar a meter la quinta, se aliñó con la temprana eliminación de la Sudamericana a manos del ahora finalista Universidad de Chile por un doble 1-0.

No se sabe si fue por verse en la cuerda floja o porque el técnico argentino dio con la tecla, pero en los dos últimos meses de competición, el Tricolor encontró la fiabilidad y ganó siete de los últimos ocho partidos del Apertura (sólo un empate ante Fénix) recortando las distancias ante Danubio y Peñarol, que firmó un mal mes de octubre donde se encontró ante Nacional que le ganó, como gusta decir por allí, de atrás y en la hora.

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El Clásico, como en tantos torneos pasa, decantó el título más por lo psicológico que por lo futbolístico. Sirvió también para que 'El Chino' anotase su cuarto tanto en el torneo y disipase cualquiera de las dudas que hubiera en cuanto a su sentimiento por el equipo.

Tras el partido que paraliza al país, Nacional fue como un cohete y selló el pasado domingo su cuadragésimo tercer título nacional con un nuevo tanto de Recoba, que sin ser titular indiscutible y a mucha distancia de su mejor versión, ha vuelto a ser protagonista positivo dentro del terreno de juego para devolver la gloria al equipo que le dio la fama.