El Arsenal y el último cartucho de Park Chu-Young

"Su comportamiento es inaceptable a todos los niveles. Es un mal profesional", gritó Michel Seydoux, presidente del Lille. El destinatario de sus críticas era el futbolista surcoreano Park Chu-Young, quien acababa de dejar plantado al club francés para fichar por el Arsenal. El jugador surcoreano tenía apalabrada su salida del descendido Mónaco con destino al campeón de la Ligue 1, pero el día en el que debía desplazarse hasta Lille para firmar su nuevo contrato pasó de largo y sin avisar viajó hasta Londres para cerrar su fichaje por los Gunners a cambio de cinco millones de euros.

El Lille, que ya daba por hecho el fichaje e incluso había fijado fecha para su presentación, se quedó atónito ante el repentino cambio de opinión del futbolista de Corea del Sur. "Ni siquiera nos ha llamado para avisar", explicó un desconcertado y dolido Seydoux, que se enteró a través de los medios de comunicación de que su supuesto fichaje se encontraba en Londres y no pensaba salir de allí. A primer vista la reacción de Park Chu-Young resulta incomprensible, pero en el trasfondo se oculta una clara explicación, la historia de un jugador de apenas 26 años que, sin embargo, está ante los dos últimos años de su carrera profesional.

Y es que dentro de dos años Park Chu-Young deberá regresar a su país para completar el servicio militar obligatorio. La tensa relación con Corea del Norte y el historial de invasiones obliga a Corea del Sur a mantenerse constantemente en estado de alerta y formar un ejercito cualificado es una premisa del país. Por ello, todos los varones surcoreanos deben completar un servicio militar obligatorio durante 22 meses para adiestrarse como soldados y estar preparados para defender a su país en caso de ser objetivo de un ataque.

Corea del Sur ha hecho contadas excepciones con algunos deportistas de élite -como los participantes en la selección surcoreana que fue semifinalista en el Mundial de 2002- librándoles de acudir a la llamada militar, pero la inmensa mayoría de los varones surcoreanos deben completar el servicio militar entre la graduación de la escuela secundaria y los 35 años. Park Chu-Young ya sabe que deberá unirse al ejercito tras el verano del 2013 y eso ha condicionado la que presuntamente será su última decisión como futbolista profesional.

Tras abandonar el Mónaco este verano Park Chu-Young estaba dispuesto a buscar su gran reto antes de colgar las botas para levantar un fusil, consciente de que cuando termine su obligación con Corea del Sur tendrá ya 30 años y después de dos años inactivo le resultará complicado encontrar acomodo en Europa. El Lille se presentaba como una opción ideal para levantar algún título antes de abandonar el Viejo Continente y estaba dispuesto a marcharse al norte de Francia, pero cuando ya había tomado la decisión apareció el Arsenal.

Rechazar a los Gunners le resultó imposible. El Arsenal le abría las puertas a un mundo diferente. Saldría de la Ligue 1 para descubrir la Premier League, jugaría con algunos de los mejores jugadores del mundo y vestiría la camiseta de un club histórico. Demasiado bonito para decir que no y Park Chu-Young hizo las maletas para mudarse a Londres, olvidando que el Lille le esperaba para cerrar su fichaje. Park dejó colgados a los campeones de Francia y firmó por dos temporadas con el Arsenal, el tiempo justo antes de marcharse a completar el servicio militar.

"Estoy orgulloso de haber firmado por el Arsenal. Quiero demostrar lo bueno que puedo llegar a ser", anunció el surcoreano en su presentación. Tendrá dos años para demostrarlo y la Champions League, donde los Gunners juegan esta noche frente al Borussia Dortmund, es un escenario inmejorable. Después le tocará sumarse al ejercito de Corea del Sur. Tal vez las formas no le acompañaron cuando dejó plantado al Lille, pero el fondo obliga a perdonarle. Era la última oportunidad de Park Chu-Young con un balón. La siguiente será con un fusil.

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