El día en el que Ferguson pudo ser cesado

Sir Alex Ferguson podría anunciar su retirada a final de temporada después de más de un cuarto de siglo como entrenador del Manchester United. Por este motivo, en Fútbol Primera.es recordamos el día en el que el técnico escocés pudo ser cesado.

Desde hace mucho tiempo el nombre de Sir Alex Ferguson parece estar ligado a dos cosas: el Manchester United y el éxito. Parte responsable ha sido el ténico escocés a lo largo de sus más de veinticinco años al frente de los Diablos Rojos de que el club haya pasado a ser el más laureado de Inglaterra y que haya recortado las distancias que le separan de Liverpool en cuanto a torneos europeos.

Su gestión de vestuario, su ojo a la hora de encontrar talentos y su increíble capacidad para amoldar el juego y dibujo de su equipo a lo que va marcando el fútbol y sus cambios temporales hacen del que fue seleccionador escocés en 1986 un entrenador admirable.

Pero dada la extensión de su carrera en Manchester, es complicado recordar que como en tantos casos, los inicios no fueron fáciles. Tres temporadas hubo que esperar para ver cómo levantaba su primer título. Tres temporadas poco esperanzadoras y de la que pocos podían esperar el tremendo éxito que vendría después.

Su primer año se saldó con una undécima posición, aunque teniendo en cuenta que cogió al equipo en descenso, sí que se podría calificar como 'exitosa' su labor con un equipo al que calificó como 'deprimido' a su llegada y en el segundo, donde comenzó a dar forma a su proyecto con plenos poderes en las contrataciones, acabó en segunda posición... pero a nueve puntos del intratable Liverpool de Kevin Keegan.

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Con el subcampeonato y el fichaje de Mark Hughes, la tercera campaña al frente del equipo se presentaba optimista en cuanto a la recuperación deportiva del equipo, pero un arranque liguero lamentable sin victorias en las ocho primeras jornadas y una temprana eliminación copera, hicieron que la undécima posición al final de aquel año fuera su tercer fracaso consecutivo.

Eran pocos ya los que apostaban por el cuarto proyecto Ferguson entre las gradas, pero se llegó a iniciar y a punto estuvo de no cerrarse.

La victoria ante el Arsenal en la primera jornada no tuvo continuidad. La visita a Maine Road se saldó con una humillante derrota por 5-1 ante el City y la siguieron ocho partidos sin victorias (seis derrotas y dos empates) hicieron que público y crítica pidieran el despido de Ferguson.

Esta etapa es descrita por Ferguson como la más oscura de su carrera, pero tuvo una respuesta por parte de la directiva que roza la ciencia ficción si la tratásemos de transportar a nuestros días. En una reunión no sólo le dieron la confianza de que no sería destituido (entendían las bajas por lesión del equipo para excusar los malos resultados) sino que le otorgaron plenos poderes deportivos y sobre los equipo inferiores.

La medida, no surtió efecto, el equipo seguía sin ganar y el ambiente era cada vez peor. Hasta que llegó, como sí que ha sido común en muchos equipos de todo el mundo, la salvación en la Copa.

El rival en la tercera ronda fue el todopoderoso Nottingham Forest de Brian Clough. Un partido tan desigualado en su previa que seguro que debió dar mala espina a Clough, con su equipo como un cohete ante un aspirante a grande en el fútbol local como lo era aquel United hundido en la liga. Pero se obró el milagro.

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El United ganó al Forest a domicilio dando muchísimo oxígeno a Fergie y una inyección de moral a sus jugadores que les permitió revertir su trayectoria liguera, no de manera extrema, pero sí para no tener que preocuparse por el descenso acabando a cinco puntos del Sheffield Wendesday (primer descendido aquel año) y empatado a puntos, curiosamente, con el City y con el Cristal Palace, a quien ganó la FA Cup tras un replay.

Durante los veinticinco años como técnico del United, Ferguson sólo estuvo en esa ocasión a punto de ser cesado y el resultado de la paciencia y fe de aquella directiva no sólo ha valido para obsequiar al mundo con una carrera como la del escocés, sino para colocar al United al frente del fútbol inglés y convertirlo en uno de los equipos más admirados del mundo.

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