El Dios que rechazó al Atleti

En medio del gran negocio y espectáculo en el que se ha convertido el fútbol moderno, lleno de traspasos que busca ya más el mover dinero y llenar bolsillos de intermediarios sin escrúpulos que el perseguir el triunfo deportivo de un jugador, las historias de Totti, Puyol, Giggs jugadores que ha conseguido desarrollar toda su carrera en el club de sus amores son dignas de admirar.

Otro One Man Club muy conocido entre los amantes del fútbol, algo desconocido por el gran público porque jamás llegó a ganar nada con su equipo, es Matt Le Tissier.

Hoy, el apodado 'Le God', cumple cuarenta y tres años y queremos rendirle un pequeño homenaje. Sería imposible primero encontrar un jugador que procesara tanta fidelidad a un club con objetivos quizás alejados de su clase, rechazando ofertas de las ligas más fuertes para ponerle al frente de un proyecto deportivo más ambicioso.

Y después porque es, en estos días que corren, inconcebible encontrar a un jugador que se cuidara tan poco, pero se ganase 'esos permisos' con su rendimiento sobre el campo.

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Lo triste, para nuestra liga, es que uno de los equipos a los que rechazó (mejor dicho, a los que no contestó a la oferta que les hizo) fue al Atlético de Madrid. El equipo entonces presidido por Jesús Gil, pensó en el jugador inglés como líder sobre el campo en uno de sus intentos de afianzarse definitivamente en la lucha por el título, pero años después, 'Le God' explicó porque nunca quiso salir 'de su casa':

'Yo prefiero jugar al borde del abismo, con presión, sacando a un equipo de bajar a Segunda. Jugar en los mejores clubes es un reto bonito, pero hay un reto mucho más difícil: jugar contra los grandes y ganarles. Yo me dedico a eso.'

Pero también también la selección inglesa se encargó de que su figura no fuera más grande. Jugando en un equipo con aspiraciones tan bajas, y en medio de una generación con Gascoigne, Platt, Merson o Hoddle, era complicado tener minutos. Así jamás tuvimos de ver al líder de 'The Saints' disputar una fase final de un gran torneo de selecciones. Entró en la preconvocatoria de la Eurocopa de 1996, la que se jugó en casa, pero finalmente no fue convocado. Seguro que se lo pasó mejor en el pub de al lado de casa viendo los partidos de Inglaterra con sus amigos compartiendo una pinta. Él era así.