Y al tercer partido, Argentina resucitó

Argentina por fin estrenó su casillero de victorias en ‘su’ Copa América en un partido en el que, más allá de lo futbolístico, sirvió para aclarar muchas cosas a costa de una digna selección de Costa Rica, que poco pudo hacer ante los locales, que encararon el partido como una final y no les dejaron opciones para, tan siquiera, complicarles la noche.

No será el rival más temible que se encontrarán, ni tampoco una ronda de competición de esas que da vértigo, pero el equipo de Batista necesita desde hace tiempo, un partido como el que firmó anoche y, concretamente Messi, una actuación con el equipo nacional a la que sólo le faltó el gol para ser, de largo, el partido más completo del rosarino con La Albiceleste.
Todo empezó con un cambio en el once, con la entrada de Agüero (que lo pedía a gritos), la de Higuaín (por fin un 9 de verdad) y la de Di María (un hombre de banda puro) en ataque. Le siguió un cambio en el dibujo: un doble pivote de contención detrás de Agüero - Messi - Di María e Higuaín fijando a la zaga.

Y así, ante un rival débil y con compañeros moviéndose sin balón por delante de Messi, Argentina jugó mucho mejor: se robaban balones y había opciones de pase hacia adelante. Higuaín, más allá de ser referencia en ataque, caía a una banda u otra, creando espacios para Agüero y Messi y todo, en ataque, de repente, tenía sentido.
En defensa, si bien Costa Rica lo intentó con alguna contra, se notaba que ‘el temor’ a dejar espacios atrás imperaba y Campbell, que brilló ante Bolivia, no tenía ni espacios ni compañeros cerca para poder hilar algún ataque con peligro. Quizás fue lo que nos faltó para calibrar a esta nueva Argentina, más exigencia en ataque, pero si mantiene los niveles de posesión, bien podría disimular sus carencias atrás.

Una de las pocas quejas que podría tener el hincha argentino fue lo que tardó en gritar el primer gol. Parecía que el volumen de ocasiones haría que no tardara en llegar pero hubo que esperar casi al final de la primera mitad para que Agüero cazara dentro del área un rechace de Moreira a disparo lejano de Gago (otro que firmó un partido bueno) a bote pronto. El 1-0 desató una locura y nos mostró, en la celebración, a un equipo que hacía piña que se habían ‘arremangado’ para sacar esto adelante y la cosa funcionaba.

Los dos goles siguientes llegaron en la segunda mitad y con una elaboración similar. Costa Rica, sólo por seguir los patrones del juego, se echó algo hacia adelante y aquí Messi brilló no cómo falso nueve, sino como mediapunta: no le hacía falta bajar al medio del campo para tener un balón en condiciones, la presión o sus compañeros se lo hacían llegar en óptimas condiciones para iniciar conducciones cortas. No necesitaba más porque había opciones de pase delante y así encontró, a los ocho minutos de la reanudación al ‘Kun’ al que filtró un pase que le dejó solo ante Moreira para cruzar con mucha clase y poner tierra de por medio.
Sólo once minutos después y en jugada calcada a la del anterior tanto, Messi recibe un balón recuperado, inicia una diagonal hasta la media luna y busca de nuevo a Agüero, pero también entraba por ahí Di María, como un rayo, por lo que el atlético deja el balón al madridista que fusila la meta ‘tica’ para poner el definitivo tres cero.

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A partir de ahí, Argentina aprovechó el resto de minutos, la ventaja y el buen juego para gustarse y ‘reconciliarse’ con su hinchada, que incluso coreó el nombre de Messi, detalle el cual agradeció ‘La Pulga’ saltándose el protocolo de la entrega del premio al jugador del partido.

Argentina y Batista parecen haber dado con la tecla, quedará ver si funciona con rivales de mayor nivel y si, ante estos, físicamente pueden aguantar ese ritmo. Lo bonito es que Colombia se clasifica como primera y Argentina como segunda, ‘alterando’ el orden que casi todo el mundo esperaba y presentando eliminatorias de alto voltaje.

Bonus track:

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Agüero, el apoyo incondicional de Messi