El último indio del Calderón

Siempre fue admirado en el Atleti

Está siendo un fin de curso muy raro en el Atlético de Madrid. Casi como lo sería en cualquier club que hubiese pasado en poco más de un año de ganar un título europeo a meterse en Europa por los pelos y ver como ese equipo campeón se descompone y la división social se hace más fuerte al ver el triste futuro.

Uno se puede imaginar al hinchar rojiblanco sobrellevar la salida de Agüero o Forlán, quienes han sido francos a la par que poco sensibles con sus declaraciones en los últimos meses. Incluso puede llegar a comprender que un jugador como De Gea piense que ha tocado techo como rojiblanco tras la temporada pasada y piense en un club con objetivos para los que sí que se ponen medios.

Pero luego quedaban jugadores como el checo Tomas Ujfalusi que parecía ajeno a todo lo que genera el equipo y el club fuera del campo y con empeño defendía los intereses del equipo en cada partido. A lo largo de la historia del Atleti muchos peloteros ha sido idolatrados, pero también ha habido cariño y admiración para los que sumaban desde la entrega como lo ha hecho el ya ex atlético Ujfalusi.
Con una defensa tan irregular como la rojiblanca cuesta entender que desde la dirección deportiva se piense que Tomas es prescindible y que dos millones de euros es cantidad más que suficiente como para aprobar su venta.

No era muy joven, no tenía margen de mejora, pero seguro que su polivalencia, el ejemplo que podía dar a Domínguez y su rendimiento no se podrán encontrar por ese precio o menos, a no ser que Caminero tenga ‘un as en la manga’.
Además ¿no empieza a oler raro la conexión Madrid - Turquía?

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