Isco

Seguro que por Francisco Román Alarcón Suarez no aparece nada en las “páginas amarillas” de los grandes clubes de fútbol. En el caso de buscar, simplemente, Isco, es indudable que aparcería en la portada con letras de colores vivos y alguna imagen de un “jovenzuelo” con cara de pillo, al lado.
Este malagueño tenía que nacer en una localidad con un topónimo que representa la dulzura de su juego, Arroyo de la Miel, perteneciente a la ciudad de Benalmádena, donde pegó sus primeras patadas al balón.
Allí se fueron varios de los Secretarios técnicos del filial valencianista en el año 2005, al hablar entre ellos, todos coincidían, será el nuevo murciélago del escudo en pocos años. El año siguiente, recaló en la Capital del Turia para pertenecer a su cantera con sólo 14 años y destacó sobremanera desde un primer momento, a pesar de la añoranza a su familia.
Acaba de cumplir 19 años y parece ya un veterano en el terreno de juego. Se desenvuelve por la banda izquierda con una frescura que recuerda a su antecesor, David Silva, pero dribla como, su posible nuevo compañero en el primer equipo, Joaquín. De hecho, ya ha coincidido en entrenamientos con este último y conoció a Silva en el Stage de pretemporada del 2009. Además, toda la plantilla lo empezó a hablar de él debido al gol que marcó en su debut en el partido amistoso que jugó el equipo blanco contra el campeón Egipcio en el 2009.
Tuvo la oportunidad de volver a jugar un partido más serio contra el Logroñés en Mestalla, con una eliminatoria de copa casi sentenciada. No lo tenía tan claro el malagueño, que aprovechó la oportunidad para meter dos goles. El segundo de ellos, lo que en las crónicas nombraban como “chicharro”, por la bella factura de ejecución. Otros, directamente lo calificaban como descarado, atrevido, driblador o esperanza creativa valencianista. Efectivamente, una declaración de principios y un fiel reflejo de lo que és este jugador.
Ha sido internacional sub-16, 17,19, 20 y 21 y ayer demostró a su club, jugando con la selección nacional, y a todo un país, que está para algo más que para jugar en Segunda División B. Algo que acaba de conseguir hace pocos días, liderando un grupo que a buen seguro dará que hablar en la División de Bronce del fútbol español con jugadores prometedores como el defensor Montoro o el delantero Paco Alcácer.
Falta sólo que Unai Emery le dé más confianza de la que tuvo en la temporada pasada, en la que jugó algunos partidos, pero pronto se le retiró la confianza sin realizar ningún mal gesto . Desde aquí, y como aficionado a este deporte, pedir a los Dirigentes valencianistas y a su preparador que, o bien le dé las oportunidades necesarias, o bien lo cedan a algún club de los presumiblemente candidatos a bajar, para continuar su formación en Primera División.
¡Jugadorazo!