Paul Scholes, el heroe silencioso
Atrás quedan casi 700 partidos con el Manchester United
‘No soy un hombre de muchas palabras, honestamente puedo decir que todo lo que quería hacer era jugar a fútbol’. Con estas palabras ha puesto fin a su carrera profesinal en el Manchester United, el club de su vida, Paul Scholes, posiblemente uno de los jugadores ingleses menos valorados de su generación en contraste con sus prestaciones y rendimiento en el máximo nivel.
Llegó al United con catorce años y se marcha casi con treinta y siete, tras seiscientos setenta y cinco partidos donde consiguió ciento cincuenta goles que ayudaron a elaborar un impresionante palmares: un Mundial de Clubes, una Copa Intercontinental, dos Champions, diez Premier, tres FA Cup, dos Carling y cinco Community Shields y con la suerte de haber podido jugar durante gran parte de su carrera con sus amigos con los que formó los famosos ‘Fergie Babes’ campeones de la Youth Cup en 1992 y que ha sido la base del gran United de la segunda mitad de los noventa y principios de 2000.
Lo más importante es que en todo lo logrado, su participación y trabajo ha sido clave a la vez que poco reconocido.
Conocemos las grandes virtudes de Scholes, su llegada desde el centro del campo y su potente disparo de media distancia, pero pocos han sabido ver el equilibrio que siempre dio al centro del campo, siendo un auténtico perro de presa (Zidane o Henry le han calificado como el jugador más ‘persistente’ al que se han enfrentado) que, todo sea dicho, le hizo ganarse una fama de brusco. Tampoco su interpretación sencilla del juego, que tanta fluidez ha dado al juego del United en estos años ha sido lo mentada que debería
Dicen que su carácter tímido fuera del terreno de juego le ha apartado de tener mayor reconocimiento, pero seguro que como muchos de sus seguidores, sabe que donde tiene que hablar es sobre el campo, y ahí ha sido de los más determinantes durante muchos años.
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La casualidad nos ha regalado una bonita anécdota. Scholes ha jugado su último partido contra el mismo equipo con el que debutó en Champions en noviembre de 1994 con veintiún años. Si Messi, Xavi o Iniesta han sido los que le han despedido, fueron Romario, Koeman o el propio Guardiola los que ‘le bautizaron’ en competición europea.
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El United ha sobrevivido a muchos de sus mitos, pero seguro que la marcha del héroe silencioso, del capitán sin brazalete, habrá entristecido a más de un aficionado al fútbol el día de hoy.
