Fin de un ciclo anunciado
Emery tienes las horas contadas en Valencia
En el verano de 2008 desembarcó en Valencia Unai Emery. Un entrenador que había convertido en oro todo lo que había tocado. A las riendas del Lorca subió el equipo a Segunda División y al año siguiente rozó el ascenso a Primera. Ese verano fichó por el Almería con un objetico claro, subir a Primera División. Dicho y hecho, al año siguiente el conjunto almeriense peleó con los grandes y consiguió mantenerse en la máxima categoría gracias, en gran parte, a Emery. Aquella temporada fue un gran escaparate y los grandes se lo rifaron. Su destino final fue el Valencia.
Tres años después su continuidad en Valencia está en el aire. Directiva y afición quieren su cabeza, no están contentos con la marcha del equipo. Pese a ganar la liga de los "mortales", por detrás de los inalcanzables Barcelona y Real Madrid, el entorno che no está satisfecho, quieren más.
Es cierto que en los tres años de Emery al frente de su actual equipo no ha ganado ningún título, pero no hay que restar mérito a los dos terceros puestos consecutivos que ha conseguido en Liga.
Ahora que está tan de moda preguntarse el porqué de las cosas, cabe preguntarse también por la situación actual de Unai. La respuesta es la falta de ambición que ha tenido con respecto a los grandes. Un ejemplo claro son los enfrentamientos que ha tenido frente al Real Madrid y Barcelona. Contra el Barça, el Valencia de Emery no sabe lo que es ganar, de seis partidos ha conseguido unicamente dos empates, mientras que contra los madridistas ha ganado una vez, pero ha perdido otras cinco. Tan solo 5 puntos sobre 36 posibles. Una cifra muy pobre para una entidad que quiere pelear con los grandes.
Tras conseguir el tercer puesto, parece que futuro está cada vez más lejos de Mestalla. Su gran losa es no haber conseguido ganar ningún título y más aún cuando ha tenido a jugadores como Villa, Silva o Mata entre otros.
Su próximo destino parece estar ligado con algún equipo vasco, quién sabe si volverá a ser el Rey Midas de los banquillos. Ambición y carácter tiene de sobra.