Los faraones no deben parar

El parón egipcio supondría serios problemas económicos

Egipto sigue estando de actualidad. Si hace poco lo era por la dimisión de Hosni Moubarak, ahora lo es por los actos violentos que se produjeron el pasado domingo durante un partido de la champions africana, que enfrentaba al Zamalek contra el Africain Club de Túnez.

La liga de fútbol egipcia es una de las más potentes dentro del panorama africano, tanto deportiva como económicamente. El presidente de la Federación egipcia, Samir Zaher, ya se ha encargado de recordar que no es concebible en estos momentos parar una vez más la liga ya que es mucho el dinero invertido. "La cancelación de la liga nos costará mucho dinero, los clubes no podrían enfrentar la quiebra económica, ya que han gastado mucho dinero en los campos de entrenamiento, contratos de patrocinio y las transferencias de los jugadores."

Egipto no se puede permitir un parón en estos momentos, puesto que el fútbol es un ingreso básico para poder sustentar a los demás deportes. Tal es la pasión que los patrocinadores y los aficionados suman un dinero importante con el cual pueden ayudar a unos deportes que son más minoritarios, que no cuentan con una base económica suficiente. Pero el gobierno no parece dar su brazo a torcer y está decidido a cumplir los tres meses de suspensión que ha impuesto para evitar que se produzcan otra vez los mismos altercados.

El calendario deportivo egipcio ya había sufrido modificaciones a causa de las revueltas producidas en el país contra Moubarak, pero a raiz de la violencia reciente, se podrían proponer nuevas fechas, como ha señalado Samir Zaher. Desde la reanudación en enero tan solo se han podido jugar cinco partidos de las dos competiciones. En estos momentos la Asociación de Fútbol Egipcia se está planteando reactivar la liga, pero con ciertas condiciones. Se reanudaría siempre y cuando fuese a puerta cerrada o se jugase en campos militares.

Todo se originó el pasado fin de semana cuando los hinchas del Zamalek invadieron el terreno de juego agrediendo a su paso a jugadores del equipo tunecino, de los cuales, tres de ellos tuvieron que ser hospitalizados. El árbitro anuló un gol en fuera de juego que les hubiese dado el pase a la siguiente ronda, y desató toda la tormenta.

Dicho incidente ha sobrepasado la frontera del deporte. El primer ministro egipcio, Esam Sharaf, ha pedido disculpas a Túnez y calificó los incidentes de "gamberrismo".

Ahora sólo falta que la Asociación de Fútbol Egipcia y el gobierno lleguen a un acuerdo para ver cómo y cuándo se puede terminar el campeonato, teniendo como prioridad la protección de los espectadores como de los futbolistas. Por el bien del deporte y de la economía, la solución debe llegar cuanto antes.

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