Una china en el zapato de Pep

Lucescu tiene la fórmula para plantarle cara al Barça

Pocos entrenadores han bajado a la arena táctica para medirse cara a cara con Pep Guardiola. Uno de ellos es Mircea Lucescu, técnico rumano del Shakhtar Donetsk y próximo rival del FC Barcelona en los cuartos de final de la UEFA Champions League. Entre los dos ya hubo más que palabras hace tres temporadas.

Se vieron las caras en la fase de grupos de la Liga de Campeones y en Ucrania saltaron chispas entre ambos. Lucescu planteó un partido trabado y lleno de trampas tácticas a los de Guardiola. Se avanzó 1-0 en el marcado y sólo una genialidad cargada de polémica de Messi logró el empate. Con un jugador del Shakhtar en el suelo y pidiendo que se tirara el balón fuera, el argentino se inventó una de las suyas y marcó uno de los mejores goles de ese año en las competiciones europeas.

El enfrentamiento vino después. Tras las ruedas de prensa protocolarias y mientras Pep atendía a los medios españoles, Lucescu le recriminaba a grito 'pelado' la poca deportividad, a su parecer, de los barcelonistas. Voceando "es una vergüenza hacer esto, menudo 'fair play'. Vencer así no es propio del Barcelona", Lucescu puso en el punto de mira al FC Barcelona. Casi se vengó de ellos en la Supercopa de Europa el siguiente verano y ahora tiene una oportunidad única para ponerle las cosas difíciles al equipo que mejor juega en Europa.

En Donetsk han dejado a Lucescu trabajar. Le han permitido, con tiempo y con uno de los mejores presupuestos del este de Europa, construirse un equipo a su medida. Con paciencia ha asentado las bases para formar un once con el que ganó la UEFA en mayo de 2009 y al que ha ido retocando con piezas de calidad como el brasileño nacionalizado croata Eduardo. El ex del Arsenal completa una plantilla convertida en la más brasileña de todas las ucranianas y en la que destacan los medios Fernandinho, Jadson y Douglas Costa y el mediapunta William, autor de dos goles en la vuelta de los octavos de final contra la Roma y principal artífice del histórico pase a cuartos.

Lucescu presume de conocer muy bien al Barça. Lo tiene más que estudiado y ya ha advertido de que le puede servir la estrategia que usó José Mourinho en las semifinales del año pasado. Para el primer asalto del próximo miércoles además cuenta con un espía de lujo. Dimitar Chigrinsky ha tenido el privilegio de formar parte de ese vestuario durante una temporada. Con una participación testimonial en el juego 'culé', el defensa ucraniano volvió el pasado verano a Donestk por 10 millones de euros menos de lo que el Barcelona pagó por él un año antes. Volvió siendo un verdadero negocio para el Shakhtar y con todos los secretos del vestuario.

Si la estrategia del rumano es trabar el partido, como lo hicieron antes Inter, Hércules o Sporting de Gijón, Guardiola deberá buscar un plan B. La estrategia de tener el balón entre un 60 y un 70 por ciento no resulta si no se consiguen goles. Sobre todo con el arma de doble filo que supone jugar el partido de ida en casa. Un gol ucraniano en una jugada aislada o a balón parado puede condicionar toda la eliminatoria.

Messi, Villa y el recuperado Pedro tendrán que buscar más espacios de los que les otorgan las defensas rivales habitualmente y la movilidad arriba deberá ser diferente. En un momento de la temporada en el que la defensa no está tan segura como de costumbre, contar con los dos laterales en el ataque será casi imposible.

El Shakhtar no es un grande de Europa. No tiene una enorme plantilla, ni se impone con su juego a los rivales, pero tiene todo lo que le puede hacer daño al juego del FC Barcelona. Guardiola lo sabe y en su mano está jugar como saben y como han conseguido todos los títulos o aplicar una alternativa que le haga la vida más fácil a sus futbolistas.

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