La tarta se acaba

Mediapro busca más ingresos tras pagar el fútbol a precio de oro

El fútbol español se prepara para un cisma por culpa de los derechos de televisión. Los clubes presionan estos días al Gobierno para que cambie la Ley de Interés general y elimine el partido en abierto que debe emitirse en cada jornada de la Liga BBVA. Una decisión impopular que ni el ejecutivo de Zapatero, ni ningún partido de la oposición se atreven a apoyar, pero que los clubes pedirán hasta donde puedan porque así se lo exige quien paga, Mediapro.

El grupo de comunicación dirigido por Jaume Roures es el actual 'dueño' de los derechos de retransmisión del fútbol español. Por ellos paga cerca de 300 millones de euros, una cantidad que podría aumentarse de cara a los próximos años. La mayoría de clubes de primera están renegociando al alza sus contratos y Mediapro busca rentabilizar al máximo lo que paga. El problema está en poder hacerlo con los precios tan altos que está pagando.

Jaume Roures

Mediapro irrumpió en el negocio del fútbol poco a poco, pero fue hace tres años cuando su nombre empezó a ser el dominante. Pugnó con Audiovisual Sport por el control de los grandes contratos y, como es un mercado abierto, tuvo que pagar un precio de oro. Ese año se dedicó a regalar fútbol en abierto (hasta seis partidos se emitieron en La Sexta, su canal en abierto, algunas jornadas) y ahora paga las consecuencias. En concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos), ha tenido que renegociar los pagos pendientes con todo aquel al que le debía dinero.

Los ingresos de Real Madrid y Barcelona son de 140 millones de euros al año cada uno y eso hace que las plataformas se tengan que poner las pilas para que haya rentabilidad. En la actualidad hay más de dos millones de hogares en España que están abonados a Gol Televisión o Canal Plus Liga, las dos ventanas donde se ven los principales partidos codificados. Eso, contando los partidos que se compran en la modalidad de pago por visión (que ha quedado en un terreno un poco más secundario), hace que se pague cada año más de 100 millones de euros por ver fútbol. Si a eso se le une lo que gana Mediapro revendiendo el fútbol y los resúmenes tanto en España como en el extranjero, el verdadero negocio de Roures, salen las cuentas.

El fútbol es más caro en proporción en España que en el resto de las grandes ligas, ya que su precio es ligeramente menor pero supone un porcentaje mayor de la renta de los usuarios. Cada abonado paga en España una cantidad cercana a los 18 euros, impuestos incluidos. Con ellos tiene derecho a ver, como mínimo un partido de Real Madrid o Barcelona por jornada, aunque suelen ser los dos en la mayoría de fechas. El resto de equipos van en función de con quién jueguen. Mientras, en el resto de Europa la cosa es bastante diferente. En Italia e Inglaterra, países con los que se comparan los clubes de la LFP, no hay fútbol en abierto y la situación es similar a España, pero con unos ingresos bastante menores. Cada abonado paga unos 25 euros en Inglaterra por ver el fútbol en Sky Sports, mientras que en el Calcio Sky Italia cobra alrededor de 29. Sin embargo, el dinero que se reparte entre los clubes es ligeramente menor y, sobre todo, es más equitativo.

John Terry

La situación para las plataformas españolas es difícil de mantener. Con cifras no oficiales, Mediapro estaría sacando de beneficio unos 35 millones de euros cada año con el fútbol, mientras que Prisa TV podría estar ganando alrededor de siete. Con los nuevos contratos que se negocian con los clubes, esos 35 millones dejarán de existir, por lo que debe buscar nuevas fuentes de financiación. La primera, eliminar el fútbol en abierto para poder rentabilizar las ventanas de pago con más abonados. La segunda, que podría llegar este mismo año, agilizar los horarios para que se pueda ver en directo en el sudeste asiático, un mercado potencial que no termina de arrancar, y ganar más dinero en esos países.

Todo, para que no le pase como a Setanta Sports. El holding, propiedad del oligarca ruso Len Blavatnik, compró los derechos de la Premier League inglesa para emitirlos en Irlanda. La falta de abonados ha dado al traste con el proyecto y, tras pagar a un precio desorbitado, ahora no puede hacer frente a los pagos. La Premier se ha tambaleado, ya que depende de ese dinero para la supervivencia de los clubes más modestos, y ha tenido que intervenir hasta el ejecutivo británico, que ha tenido que inyectar dinero en la liga para asegurar que algunos equipos no cayeran en quiebra técnica.

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