El deporte brilla en la oscuridad de la guerra

Palestina vuelve a jugar tras 70 años

Palestina ha dado otro nuevo paso en el establecimiento de un estado propio. El deporte, una de las mejores armas políticas, ha sido la referencia que han tomado los palestinos para continuar en su camino hacia el reconocimiento internacional.

En un mundo en el que el fútbol marca goles deportivos y políticos, el partido que jugaron las selecciones sub-21 de Palestina y Tailandia, en la clasificación para los Juegos Olímpicos de 2012, fue una gran noticia para los palestinos, que ven cómo su sueño, poco a poco, se va acercando.

Palestina es, actualmente, el único miembro de la FIFA sin país propio, pero está aceptada dentro de la organización. Con el encuentro ante Tailandia, el fútbol ofreció su segunda ayuda a su causa, siete años después de la victoria del Sakhnin, un conjunto de una ciudad palestina, con jugadores árabes y judíos, que ganó la Copa de Israel y representó al país en la Copa de la UEFA.

Aquel conjunto jugaba, principalmente, sobre la base de que la cooperación entre palestinos y judíos ofrece una fórmula ganadora. El fútbol se ha convertido para Palestina en un pasatiempo y una plataforma para alcanzar sus objetivos políticos.

El partido de esta semana entre la selección de futbolistas de Palestina contra Tailandia supuso algo más que un encuentro de clasificación para los Juegos. Abdulhamid Abuhabib marcó el único gol de los palestinos, antes de llegar a los penaltis. Los asiáticos vencieron por 6-5 en los penaltis, pero Palestina terminó el partido con la convicción de que su objetivo era entonces más factible si cabe.

Tres jugadores destacan en las filas de Palestina: Ismail Amour, muy rápido y uno de los futbolistas más técnicos del equipo; Abdullah Saidawi, un gran portero que vive a la sombra del titular Ramzi Saleh y Murad Alyan, uno de los atacantes más prolíficos de Palestina.

"Es más que un partido, este duelo rompe el asedio sobre el deporte palestino", explicó el secretario general de la asociación palestina de fútbol. Y es que muchos de los jugadores de la selección no pudieron viajar al partido o llegaron tarde por restricciones de la policía israelí. Incluso el técnico, Mokhtar Tlili, de origen tunecino, debe abandonar Cisjordania cada tres meses por un periodo de varias semanas según normas de Israel.

Los gritos de "el fútbol es más noble que la guerra" inundaron las gradas del estadio Faisal al Husseini. En la Federación esperan que este primer partido oficial en territorio palestino no sea el último, sino el primer paso para establecer los derechos mínimos del pueblo palestino.

De llegar a clasificarse para los Juegos, algo bastante complicado, Palestina participaría en esta competición 40 años después de los tristemente famosos Juegos Olímpicos de Munich, donde la organización de liberación palestina Septiembre Negro mató a once israelíes.

Hasta el presidente de Israel Shimon Peres reconoció, en una visita a Madrid hace unos días, que el fútbol puede ayudar a resolver el conflicto entre ambas partes.

Antes de este encuentro, Palestina había jugado un partido el 22 de enero de... 1938. Un partido de clasificación para el Mundial de Francia de 1938 fue su último encuentro oficial. Cayó 3-1 contra Grecia. Después aún jugaría un partido amistoso contra el Líbano que terminaría con victoria palestina.

Setenta años después de aquel encuentro, el fútbol palestino ha dado un nuevo paso en sus aspiraciones a contar con un territorio propio, reconocido y establecido. El fútbol, en este caso, ha hecho más por ello que cualquier medida política.

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