Una sombra de sí mismo

De crack a inicio de declive

Luis Fabiano era, hasta esta temporada, uno de los delanteros más codiciados de Europa. Su facilidad para marcar goles, su capacidad de desborde, su velocidad con el balón en el pie o su inmejorable regate eran algunas de las cualidades por las que el brasileño había llamado la atención de los grandes equipos europeos.

Luís Fabiano

Este año, sea causa o consecuencia del mal momento del Sevilla, el futbolista ha bajado su rendimiento de una forma escandalosa. A esto hay que añadir que las lesiones no le han acompañado esta temporada. En noviembre estuvo cerca de un mes de baja debido a una rotura miofascial en el músculo semimembranoso de la pierna derecha. En enero una nueva lesión muscular le impidió jugar el partido contra el Villarreal y en el último partido de liga el brasileño sufrió una nueva lesión muscular, esta vez en la corva de la rodilla, que lo mantendrá alejado de los terrenos de juego durante seis semanas.

El resultado final de todos estos factores es que los deseos de los grandes clubes del viejo continente se han ido desvaneciendo.

Desde su llegada al Sevilla, Luis Fabiano ha sido un referente del ataque sevillista. Pronto se convirtió en un icono para la afición e incluso se ganó el papel de actor principal con su equipo, lo que le llevó a la internacionalidad indiscutible con Brasil. Ha sido protagonista de grandes momentos de la historia del club como la Final de la Europa League que ganó en 2006 y en la que Luis Fabiano marcó el primer gol del encuentro, tanto que rompía la diferencia en el marcador y que abrió la lata.

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Pero las cosas cambian. Esta temporada el jugador brasileño ha disputado un total de 35 partidos (21 de liga, 8 en competiciones europeas y 6 en copa del rey) de los 47 que ha disputado su equipo, y en ellos ha marcado 14 goles. El promedio es de 0,4 goles por partido. Estos datos son llamativos si los comparamos con los de otros años.

No hay que remontarse mucho tiempo atrás para ver lo que era y lo que es. Sin ir más lejos la temporada pasada jugó 47 partidos y marcó 27 tantos, el promedio era algo mejor, más de 0,5 goles por partido, o lo que es lo mismo un gol cada 2 partidos. La temporada 2008/2009 todavía era más sorprendente la cifra. "O Fabuloso" convirtió 30 goles en 48 partidos (lo que hace un promedio de 0,6 goles por partido).

Dos temporadas tardó el astro carioca en despuntar y una en empezar su caída libre. Esto le ha llevado a que su nombre desaparezca de las agendas de los ojeadores más destacados.

A sus 30 años, el delantero del Sevilla parece que no ha sido todo lo inteligente que debería haber sido. Si en lugar de hablar en las ruedas de prensa diciendo que este año se marcharía, que era su última campaña en el Sevilla, hubiera hablado en el campo, donde se presupone que un futbolista debe hacerlo, media Europa estaría peleando por él.

Ahora lo quieren en su casa y poco más y como muestra un botón. Todo indica que acabará jugando en Brasil, país que le vio salir para triunfar y que le verá volver en decadencia. "O fabuloso" ya no es de fábula.

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