Cesc y los regresos más emotivos del año

Pitos y aplausos para los 'hijos pródigos'

Las vueltas a casa siempre guardan momentos emocionantes. Bonitos en unos casos, pero amargos en otros. Cesc Fábregas ha jugado esta noche los primeros minutos de su carrera en el Camp Nou y el recibimiento fue muy tímido, con más pitos que aplausos, quizá por la trascendencia del partido para los aficionados barcelonistas.

El catalán, que suena en todas las quinielas para volver al FC Barcelona el próximo verano fue pitado por gran parte del público que le vio nacer como futbolista en su cambio en el minuto 77, a pesar de que el Barcelona ya iba ganando por 3-1 y la tensión era algo menor que al principio.

Fábregas no es el único que ha rendido visita a su antigua afición con otra camiseta este año. Sergio Canales vivió en la visita del Real Madrid a El Sardinero la cara más amarga. La afición del Racing de Santander no olvida que se fotografió con la camiseta blanca antes de que finalizase la pasada temporada, en la que los cántabros se estaban jugando el descenso. Cuando salió en la segunda parte, la mayoría de la que fue su afición le pitó, aunque sin hacer mucha sangre.

Aritz Aduriz también vivió su vuelta a Mallorca en la última jornada de Liga de forma diferente. Su paso por el club bermellón fue más que exitoso. Nunca antes un delantero había marcado 27 goles en una misma temporada, entre todas las competiciones. Sin embargo no consiguió el apego de la grada, que recibió con indiferencia su presencia en el once inicial. Los pitos de los aficionados fueron esta vez dirigidos contra David Navarro, otro ex del Mallorca en las filas del Valencia.

Una de las vueltas a casa con más morbo de la Liga BBVA era de la de David Villa a Mestalla. La afición valencianista guarda con cariño el paso del delantero por la ciudad del Turia, donde marcó una época y 97 goles entre Liga, Copa y competiciones europeas. Sin embargo, vivió con normalidad el regreso del crack.

Su nombre fue aplaudido cuando la megafonía cantó la alineación del Barcelona y cuando tocó su primer balón en el partido. El 'Guaje' correspondió a la grada lanzando su camiseta al final del encuentro, en el que no pudo anotar. Ya avisó que no tenía intención de celebrarlo por las cosas que aún le unen al Valencia y Mestalla le agradeció la fidelidad con decenas de pancartas de cariño y volviendo a cantar el "illa, illa, illa, Villa maravilla".

Pero, si una vuelta ha sido este año emotiva, esa ha sido la de Raúl Tamudo. El ex capitán del Espanyol pisó de nuevo el estadio de Cornellà-El Prat pero con otra camiseta, la de la Real Sociedad. Máximo goleador de la historia del club blanquiazul y primero en la lista histórica de anotadores catalanes, tras 14 años en el primer equipo espanyolista volvió a su casa por la puerta grande. Se fue, no obstante, con mal sabor de boca y un 4-1 en contra que no le viene nada bien a su actual equipo.

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Fue recibido como un hijo pródigo, a pesar de su abrupta relación con la directiva y una parte del cuerpo técnico el pasado año, y con mucho cariño. Pancartas, cánticos de la grada y aplausos, muchos aplausos para Tamudo. Todo aderezado con un gran número de camisetas del Espanyol con el número 23 a la espalda en la grada. Hay quien deja huella en la grada y esta suele ser agradecida con los que se lo han dado todo.

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