Amistoso: "Los amigos de Messi vs Resto del Mundo"

Lionel Messi reapareció en Panamá organizando un amistoso internacional denominado "Los amigos de Messi vs Resto del Mundo". Y la magia, el show y la alegría volvieron: el argentino se despachó con un triplete que secó la pólvora que tan mojada tenía en Sudáfrica. Así, el astro le escapó con el mejor antídoto posible a la tristeza que le generó su opaco Mundial. Fue una fiesta. El objetivo, además de ayudar a lo más necesitados, era básicamente ese. El estadio Rommel Fernández fue el escenario elegido y las 35.000 aficionados que fueron testigos se deleitaron ante la magia presente en el campo de juego iluminada por la gran estrella de la noche: Messi. Sí, ese chaval prodigio llamado a ser el Balón de Oro en Sudáfrica y que finalmente se terminó retirando eliminado en cuartos de final y sin poder anotar un gol más allá de los infinitos remates a portería que conectó, fue el artista principal y el responsable de que todo el país caribeño disfrute de una noche inolvidable. Panamá se encandiló y se transformó por un momento en la cuna de las grandes ligas y recibió el calor de tantas estrellas. La Pulga los invitó y todos aquellos que pudieron, fueron y además de un noche cálida y amena, disfrutaron de un amistoso internacional en nivel de entrenamiento de viernes. El crack del Barcelona se rodeó de sus buenos amigos y olvidó penas con el exclusivo partido que terminó con triunfo de los "Amigos de Messi" por 6-4 sobre el combinado de jugadores del "Resto del Mundo". El legendario Zico se sentó en el banquillo del conjunto del 10 azulgrana y paró a José Cevallos, Cafú, Otamendi, Mario Yepes, Gabriel Milito, Juan, Lucio, Josué, Palermo y Ortega que se midieron al del extrovertido Bernd Schuster quien tenía en su plantilla a hombres de la talla de Alberto Gilardino (Italia), Cristian Vieri (Italia), Mauro Camoranesi (Italia), José Antonio Reyes (España), Mariano Pernía (España), Fernando Morientes (España), Marco Materazzi (Italia) y Kevin Kuranyi (Alemania), entre otros.El argentino Horacio Elizondo fue el encargado de impartir justicia en un partido de trámite normal y con un libreto tan entretenido como picante. En Panamá era un día normal y aunque el trabajo obligaba, la gente se arrimó para aportar su cuota al gran fiesta. Las entradas tenían un costo de entre 25 y 125 dólares y ello no fue excusa para que la multitud se desplace hacia la zona sur de la ciudad, concretamente a Juan Díaz, un barrio de clase media más bien baja.

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Lo curioso y que no estaba en los planes es que el partido se tuvo que postergar por una hora. Eso sí, de esto no tuvo nada que ver la lluvia tropical que regaló el cielo: la congestión del tránsito en las vías de acceso al estadio hizo que los vehículos marcharan a paso de humano, tal cual una caravana de agradecimiento. Así las cosas, el partido pactado para las 19 horas, terminó empezando una hora más tarde. Hora que de todos modos fue animada por un doble panameño de Maradona, quien llevaba el mismo corte de pelo, la misma barba desprolija y hasta la misma pancita de buena vida que tiene el entrenador de la Argentina. Fue una fiesta, fue un show y todos se divirtieron, sobre todo Messi que con cara de feliz cumpleaños dejó la noche panameña con una Copa en su brazos y con tres goles que le devuelven la alegría.

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