Manuel Pellegrini: Un culpable sin pruebas

Tres puntos, o un derby, fueron el detonante del despido de Manuel Pellegrini como entrenador del Real Madrid. En un fútbol tan resultadista no extraña que si un grande no sale campeón, el técnico se vaya por la puerta de atrás con la etiqueta de perdedor. Se dio también que el Barcelona se llevó la liga, aunque ese dato, por más resonante que sea, no justifica una rescisión contractual.
La tormenta para el chileno estaba tan prevista como el iceberg para el capitán del Titanic. Pellegrini podría haber dado un paso al costado antes de que Florentino Pérez decidiera oficializar su despido, aunque escarbar en el pasado reciente no sería más que seguir tirando madera al fuego mediático que poco aporta al entendimiento del balompié industrial en la sociedad. Si debería haberse ido o no, con la información que hay sobre la mesa, es difícil de opinar.
El hecho es que la casa blanca fue construyendo todo este tiempo un proyecto sin Pellegrini, al mismo tiempo que medios como Marca lo incendiaban como si se tratase de un culpable por unanimidad madridista. No solo que no se le puede cargar la culpa de haber perdido el último derby ante el Barcelona, donde la responsabilidad fue pura y exclusivamente de los jugadores, sino que tampoco se le debe adjudicar el "tropiezo" de no haber conseguido tres puntos más.
Cuando Pellegrini pretendió ser escuchado, Florentino Pérez miró para el costado. Ni Wesley Sneijder ni Arjen Robben, campeón y vicecampeón de la Champions League, estaban en la lista de los traspasos. Pero se fueron. Y los extrañaron cuando la estadística marcó que el Real Madrid había perdido los últimos cuatro clásicos ante el Barcelona, entre los que se recuerda el 2-6 de 2009. Y los extrañaron más cuando entendieron que pagar 96 millones de euros por Cristiano Ronaldo no tiene sentido, por más de que sea un jugador de grandes condiciones y haya convertido 26 goles en 38 encuentros. El Pipita Higuaín, un suplente de esos que se lo podía ver recalando en un equipo de media tabla, terminó la Liga 2009/2010 con 27 goles. Ah, valió 13,5 millones (nada más).
Cuando al presidente del Madrid le tocó hablar de Pellegrini en la esperada conferencia de prensa del 26 de mayo, no hizo más que destacar su profesionalidad, su entrega y otras características más que suelen ser fundamentales en un entrenador. Ahora, si uno lee el mensaje, resulta simple extraer un protocolo de despido, típicamente político. Lo que hizo Pérez no fue otra cosa más que pronunciar bellas palabras de escasa sustancia, ya que si el técnico realmente tiene esas cualidades, entonces debería seguir en la institución. ¿O acaso usted no quiere un tipo virtuoso a cargo de su club?