El Argentinos Juniors de Borghi acaricia la gloria

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A muchos, seguramente a la mayoría, el nombre de Argentinos Juniors no le dirá demasiado. Pero, si bien el "Bicho colorado" no es un club de los denominados grandes del fútbol argentino, este club de barrio porteño es una institución con algunas características bastante marcadas y ciertos detalles que le han dado notoriedad. Si bien los de La Paternal han sido campeones de liga solo dos veces en su historia, también suman una Libertadores, uno de los mejores partidos de toda la Copa Intercontinental -en donde casi superan a la Juve de Platini- y una marca de estilo de la casa: el gusto por el buen fútbol y ser una auténtica factoría a la hora de generar enormes jugadores.

A pesar de haber contado con talentos de la talla de Fernando Redondo, "Cuchu" Cambiasso, Juan Román Riquelme, Juan Pablo Sorín o un tal Diego Armando Maradona, el "Bicho" siempre fue un equipo más emparentado con la lucha baja que con los títulos, al menos en estos últimos tiempos. Pero, a 25 años de su último gran título, la gloria llama a la puerta de la casa de Argentinos Juniors una vez más. Y qué mejor que lo haga con un hijo pródigo de la casa en el banquillo: el exquisito Claudio "Bichi" Borghi.

Tras haber estado peleando durante todo el torneo, a la penúltima jornada del fútbol argentino llegaron tan sólo Estudiantes y Argentinos con mayores chances de optar por el título. El "Pincha", con un punto de ventaja sobre sus inmediatos perseguidores, recibía en casa a un Rosario Central metido de lleno en la pelea por no perder la categoría. Por su parte, al "Bicho" le tocaba oficiar de anfitrión en el siempre difícil Diego Armando Maradona recibiendo a Independiente, cinco unidades por detrás de los líderes con seis en disputa. Lo que se vivió en dicho estadio es prácticamente inenarrable y pertenece a esa clase de milagros que sólo el fútbol es capaz de ofrecer.

Estudiantes, bastante fundido físicamente por estar jugando en alto ritmo dos competiciones a la vez, no lograba imponerse a Central y, para colmo de males, sufría la expulsión de su factotum J.S. Verón. Argentinos, por su parte, imponía condiciones ante el "Rojo", pero veía como el partido se le iba de las manos. Leonel Nuñez, otro hijo pródigo de la casa pero que ahora estaba del lado de enfrente, se marcaba un partido de novela (gol olímpico incluido) y le daba un 1-3 parcial a los del "Tolo" Gallego. Si bien el "Pincha" no ganaba, aumentaba en una unidad su ventaja. Pero, de un momento a otro, todo cambió.

Llegó el descuento de Argentinos y la posibilidad de creer en la remontada. Luego fue momento un agónico 3-3 sobre la hora, que al menos dejaba las cosas tal y cómo estaban antes de comenzar la jornada. Pero el éxtasis total llegó ya en tiempo añadido, cuando Caruzzo, uno de los centrales del equipo, estampó el 4-3 y la locura absoluta en la cancha situada en La Paternal. Un auténtico partido de locos; la suerte del campeón, que le dicen.

El próximo fin de semana se vivirá la definición del Torneo Apertura en la última jornada. Argentinos aventaja ahora a Estudiantes por una unidad, teniendo por delante su último partido en condición de visitante. Lo espera un Huracán en remontada en el Palacio Ducó. Por su parte, Estudiantes tendrá que desplazarse hasta Santa Fé a jugar contra Colón. Todo permanece abierto, aunque la euforia ya está instalada en ese club de origen obrero, que se ha convertido en una maquinaria serial a la hora de producir talentos.

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