Gustavo Canales: Un goleador de cosecha tardía
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Seguramente a más de uno habrá sorprendido el fichaje de Gustavo Canales por parte del Club Atlético River Plate. Aquellos que no tenían demasiada idea acerca del jugador nacido en General Roca allá por 1982 se habrán preguntado quién era ese ignoto delantero llegado al equipo "Millonario" desde el fútbol chileno. Pero también el gesto de asombro se habrá dibujado sobre los rostros de quienes conocen pormenorizadamente la carrera de este delantero que fue forjado en el mismísimo inframundo futbolero del sur argentino para pegar el salto a uno de los grandes rioplatenses algunos años después.
No fue tan fácil el despertar de la carrera de Gustavo Canales en el fútbol argentino. Forjado en Cipoletti, acaso uno de los más importantes clubes de la Patagonia argentina, también tuvo pasajes por Brown de Puerto Madryn (donde dejó incluso un pésimo recuerdo) y Aldosivi de Mar del Plata, equipos que habitualmente pueblan las divisiones de ascenso de aquel país. Todo cambió para él con su llegada a Chile. Allí la suerte pareció comenzar a sonreírle de otra manera. Primero en Deportes La Serena, luego en su estadía colombiana y finalmente en Unión Española, el equipo que le valdría el pasaporte a la fama en la tierra andina. Allí fue goleador y atrajo las miradas de diversos equipos que comenzaron a disputárselo.
Gustavo Canales sabe que está ante la oportunidad de su vida. Seguramente aquel muchacho que se calzaba la elástica albinegra de "Cipo" jamás imaginó estar en estas circunstancias. No es fácil ser la referencia de ataque de un club como River, pero la chance le ha tocado y no puede desaprovecharla. Después de lucharla en las categorías de ascenso, jugar en campos de tierra y con vientos huracanados, la historia ahora es otra. Está bien, el equipo de Astrada no es lo que supo ser, pero no por eso deja de ser un grande y un club que aspira a mejorar notablemente su performance y regresar por los fueros que marcan su historia. Corpulento, con importante potencia física, fuerte por arriba, pero con capacidad de definición por abajo, su misión será aportar lo que falta desde que Radamel Falcao emigró hacia el Porto: goles.