Ariel Ortega: El mito del eterno retorno

Podrán decir lo que quieran: que tiene 35 años, que aquel explosivo pique corto que supo caracterizarlo está muy venido a menos, que ya no puede regatear como antes, que sus problemas con el alcohol lo volvieron un ex futbolista aunque siga insistiendo en serlo... Lo repito: podrán decir lo que quieran, que a mi me importa un rábano. Por su culpa, en buena parte, yo me enamoré del fútbol y tengo una determinada inclinación por cierto tipo de juego; su juego endiablado, su picardía, su habilidad cansina, su ser díscolo me instaron a elegir de qué lado de la acera tenía que pararme. Con él grité, lloré, me emocioné, reí, disfruté; sobre todo disfruté. Así que, por si hace falta que lo repita nuevamente, aquí voy: podrán decir lo que quieran de él. Mañana vuelve Ariel Arnaldo Ortega a calzarse la camiseta del glorioso Club Atlético River Plate para enfrentar al Everton en un amistoso. Y, para mi, no hay mejor noticia que esa.