Fútbol argentino: se complica la definición por la gripe A

[caption id="attachment_1343" align="aligncenter" width="431" caption="Así de vacío puede lucir el José Amalfitani si Vélez y Huracán tienen que definir a puertas cerradas a causa de la gripe A"][/caption]
El fútbol argentino no está viviendo horas tranquilas en lo que respecta a su definición. Acaso uno de los certámenes más importantes que tenga el contexto americano (y de los que quedan por definirse), podría llegar a sufrir una postergación en su definición si finalmente se declara en dicho país la emergencia sanitaria por causa de la gripe A, también conocida como influenza porcina. Es que este mismo fin de semana se tiene que disputar la última fecha, donde Huracán y Vélez definirán entre sí al nuevo campeón del Torneo Clausura. Siempre y cuando, claro está, no se tenga que posponer el encuentro o incluso ser jugado a puertas cerradas.
Los crecientes casos de gripe A que se están detectando en dicho país latinoamericano están complicando sobremanera al fútbol argentino. Si la emergencia sanitaria finalmente se decreta, significaría que, durante un tiempo estipulado, se cerrarán centros comerciales, cines, teatros y, por supuesto, todo tipo de espectáculos deportivos. La aglomeración de gente es lo que se busca evitar con esa clase de medidas para frenar los contagios de la influenza. Por ende, podría suceder que un campeonato con una apasionante definición se tenga que definir a puertas cerradas. Una auténtica herejía, vamos.
De todos modos, muchas versiones hacen creer que este mismo domingo Vélez y Huracán estarán dándole final a este Torneo Clausura en el José Amalfitani de Liniers. Y con público en las gradas. Pero... ¿Qué sucederá con quienes tengan que jugar la promoción en semanas subsiguientes? Rosario Central y Belgrano, dos equipos con una gran cantidad de masa social a su alrededor y que inevitablemente movilizarán un número importante de gente, pueden verse privados de recibir el aliento de su público en tan definitoria instancia. Mismo podría sucederle a Gimnasia de La Plata y San Martín de Tucumán. Uno de los dos terminará en el Nacional B, pero el otro tendrá que disputar la reválida frente a Atlético Rafaela, un club no tan importante en convocatoria, pero que igual pondrá en vilo a toda una ciudad.
A todos esto hay que agregarle que, casualmente, muchos de los jugadores que se encuentran cedidos en los clubes que definen la contienda (y también en los que deberán jugar la promoción) terminan sus respectivos vínculos el 30 de junio y no podrían prorrogar sus contratos por mucho tiempo más. En todo caso, la definición de la "final" (se dio así por causa del calendario; no es un desempate como sucedió en el Torneo Apertura) parece tener resolución posible y con público en las gradas, lo que no resultaría un detalle menor. Pero... ¿Qué sucederá con los que promocionan? ¿Postergarán sus encuentros? ¿Podrán extender los contratos de sus jugadores cedidos alguna semana más? ¿Tendrán que resignar el peso de sus respectivas localías y poner en peligro de esta forma la preservación de su categoría o la posibilidad de un ascenso? En algunos días sabremos todas las respuestas.