Goles increíbles: Grafite (Wolfsburgo) al Bayern Munich

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Uno, dos por el camino. También el portero que viene cerrando la acción, ya despatarrado y sin saber para donde ir. Llega el inexorable momento de la definición. ¿Qué hacer? El balón está de espaldas, dos defensas llegan cerrando y los dos desahuciados comienzan a recomponerse en la búsqueda del recupero. Nada mejor que tirar un taconazo. Un fino, suave, exquisito y desconcertante taconazo. Como si fuera una auténtica maniobra antigravitatoria, la pelota se dirige hacia el poste menos esperado a una velocidad que un cartel identificaría como "paso de hombre". Todos los encargados de negar la posibilidad del gol, acaso también motivados por otra ley de la gravedad, la de la inercia, pasan de largo como empujados por un viento. El esférico ingresa junto al palo, besando las mallas como pidiendo permismo. Grafite acaba de certificar la paliza que el Wolfsburgo, un equipo siempre dispuesto a invertir pero sin conocer nada de logros, le propinó al todopoderoso Bayern Munich. Los patrocinados por Volkswagen se colocaban líderes de la Bundesliga. "That's the goal of the year", narró el relator en perfecto inglés británico. Y sí, de momento, hay que darle la razón.