El Barça toma distancia

El reloj imaginario que va corriéndose jornada tras jornada ya marca el número 13, algo así como el primer tercio de la Liga ya cumplido y con algunas tendencias ya demostradas. La principal, estimo yo, es la que muestra como claro líder de este certamen al Fútbol Club Barcelona, el equipo que mejor fútbol está practicando en esta primera parte de la competición. En su inicio de la etapa más difícil de lo que le resta del año, aquella en donde se enfrenta consecutivamente a cuatro rivales directos por la corona, los pupilos de Guardiola supieron resolver de manera incuestionable un cotejo siempre complicado. El Sevilla en su propia fortaleza sólo tuvo que resignarse ante la superioridad explícita de los catalanes, que se llevaron un gran triunfo de tierras andaluzas y ahora toman cuatro de diferencia respecto al Villarreal, que son también cinco sobre el Valencia y seis sobre el Real Madrid.

Repetimos: no era sencillo el partido que le tocaba jugar al Fútbol Club Barcelona frente al Sevilla. Nunca es fácil medirse contra los de Jiménez, equipo de buena plantilla, oficio y con el roce suficiente como para saberse uno de los grandes del fútbol español en los últimos tiempos. Es más, hasta podría decirse que era una de las primeras pruebas de fuego consistentes por las que tenían que pasar los de Guardiola. Y vaya si lo resolvieron bien. El partido tuvo un comienzo vibrante. Pero el gol de Eto'o, "gol de goleador" por donde se lo mire, terminó de cuajo con las aspiraciones de los locales. En el segundo período, el Barça dominó de cabo a rabo, imponiendo su juego de toque y posesión, pero también presionando depredadoramente cuando el dueño del balón era su rival. Messi se encargó de rectificar que puede desaparecer de un partido por varios minutos para volver con toda la furia. El argentino, con sus dos goles, hizo lo necesario como para que el Fútbol Club Barcelona se lleve un excelente triunfo de un reducto siempre áspero.

No corrió la misma suerte el Madrid. El equipo que ya se quedó sin la tan mentada prima que Calderón había propuesto por la seguidilla de partidos ganados, volvió a repetir la imagen tibia y dubitativa de sus últimos partidos, allí en el Coliseum Alfonso Pérez. Nuevamente los de Schuster volvieron a padecer de conquistas rápidas en su contra en los inicios de cada período (¿falta de concentración o simple casualidad?), en ambos casos refrendadas por el charrúa Albín. El Real Madrid volvió a exhibir su galería de inconvenientes a pocos kilómetros de su hogar. Las lesiones afectan al conjunto, claro está, pero el estado de las cosas hace que la confusión sea la protagonista exclusiva del Madrid y su entorno. Le queda mucho tiempo como para poder resolver esta fatídica situación en la que la institución se encuentra inmersa. El tema es ver cómo se la resuelve. Detectar los problemas muchas veces es sencillo, no siendo siempre fácil su resolución.

Quienes sí no fallaron y estuvieron atinados con respecto a las circunstancias fueron el Villarreal y el Valencia, dos que estaban obligados a conseguir un triunfo para no perder ilusiones, más aún cuando todavía tienen que enfrentarse contra el Barça en escaso tiempo. Los de Pellegrini mejoraron su nivel y pudieron hacerse de un triunfo en el campo del Recreativo, que se sumerge aún más en el fondo de la tabla de posiciones. Mientras tanto, el Valencia supo derrotar en un partido bastante vibrante al Real Betis. Mientras parecía que los locales se llevaban el triunfo con comodidad, los verdiblancos llegaron a la igualdad y tenían un hombre más. Pero fútbol es fútbol y los de Emery consiguieron el tanto de la victoria cuando eso era, justamente, lo imprevisto. Eso sí, lo que no suele ser tan imprevisto en el universo del balompié es que rueden cabezas de entrenadores ante una racha adversa. Sino pregúntenselo a "Tintin" Márquez, que ya vio como se extinguió su corto periplo al frente del Espanyol.

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