Fútbol y rock: "Pub Songs"

Y llegó el estreno de una nueva sección en este blog, que se dará con una frecuencia de momento inestimable y que compatibilizará mis dos grandes pasiones: el fútbol y la música. Ya he hablado largo y tendido en algún momento sobre las relaciones que existen entre los sonidos disparados por los amplificadores y el balón rodando. Vale aclararlo, en algunos países, esta pareja no deja de ser un tibio coqueteo sin mucho presente ni futuro. Pero en otros, como en las islas británicas (cuando no) es un matrimonio indivisible y de larga data. ¡Hasta tal punto que hay clubes que me caen bien por que tal o cual músico es hincha de ellos! Pero bueno, esa es otra cuestión. Lo cierto que aquí podrán ver relaciones intensas entre rockeros que le cantan al balón, hombres afectos a emitir sonidos que tienen una historia de larga data junto al fútbol o simplemente canciones para cantar borrachos y a los gritos, como si estuvieramos en la grada. Y como invita totalmente a hacerlo este disco que hoy toca presentarles.
El album que inaugura esta sección lleva un título más que elocuente: "Pub Songs". Ya uno observa esa pinta de espumosa ale en la tapa y ya se imagina sobradamente por donde viene la mano. Y haciendo un breve repaso entre los nombres de los participantes, las dudas comienzan a aclararse definitivamente cuando nos topamos con grupos como Blood or Whiskey, The Pogues (con el beodo más grande del mundo a la cabeza, Shane McGowan), los street punk de Dropkick Murphys o los Dubliners. Pero lo más interesante y definitivo de la cuestión llega junto a los títulos de las canciones. Allí resaltan nombres como "Buckets of beer", "Drink the way I do", "Drunken lazy bastard" o "Drunk tonight". No hace falta agregar nada, todo demasiado explícito, hasta tal punto que a uno le daría vergüenza estar escuchando este disco sin algo de alcohol en el vaso.
Este "Pub Songs" cuenta con 26 canciones de lo más granado del rock con influencias célticas, acaso uno de los géneros más adeptos a los efluvios del alcohol que existe. Gaitas entremezclándose con voces temblorosas debido a los vapores etílicos, cánticos propios de los graderíos, coros grupales, guitarras cuadradas, locura y descontrol. En fin, un auténtico festín como para tomar un poco de valentía antes de asistir a un cotejo futbolístico. Si no eres de ir al estadio, pues no importa. Simplemente atiborra tu refrigerador de cerveza (o tu bebida favorita), enciende el televisor, haz una previa acorde a la situación e imáginate por un momento que en realidad estás en el pub del Tolka Park, rodeado de cofrades y justo a punto de ir a animar a tus Shamrock Rovers, mientras estas maliciosas y embriagadoras canciones suenan de fondo. En menos de lo que canta un gallo estarás cantando borracho y a los gritos. Justo como lo requiere este disco en cuestión.