El 'Abecedario' del fútbol: Arouna Koné, experto en resucitar

El marfileño ha rescatado su carrera en el Levante

Arouna Koné tuvo claro desde niño que se dedicaría profesionalmente al fútbol. Aún no había aprendido a andar cuando ya estaba dando sus primeras patadas a un balón junto a sus hermanos mayores. Su padre le inculcó desde el principio que su prioridad en la vida debían ser los estudios para forjar un futuro mejor que el presente que él le estaba ofreciendo y que trataba de mejorar. Cuando tenía nueve años se cruzó con el primer revés que le tendría preparado el destino. Su padre fallecía y su madre debía ocuparse de sus nueve hermanos y cinco hermanas. Se volcó en formarse como deseaba su progenitor pero su madre comprendió, cuando le vio jugar, que el fútbol le proporcionaría mayor recompensa en un país como Costa de Marfil.

Al contrario de lo que hicieran sus hermanos Bacari y Karamoko, Arouna no jugó en las categorías inferiores de ASEC Abidjan sino que perteneció al Rio Sport d'Anyama. Allí creció como futbolista y como persona, ayudando al ascenso del equipo en los diferentes escalafones. Su potencial no pasó desapercibido y lo llamarían para jugar con la primera plantilla a los 17 años, hecho que influiría en su presencia en las agendas de los principales ojeadores europeos. El RC Lens le hizo una prueba durante un mes en 2002. La falta de adaptación al juego del equipo y de entendimiento con la directiva provocaron que el sueño francés se esfumase sin haber empezado. De allí partió a Bélgica para enfundarse la camiseta del Lierse SK durante un año. En la Jupiler League encontró lo que buscaba: buenos compañeros, confianza en sus cualidades y los minutos necesarios para demostrarse a sí mismo que no se equivocó cuando abandonó el colegio. Además, aquel fichaje le permitió compartir vestuario con su amigo Adolphe Tohoua, con quien participaría en el Mundial Juvenil de 2003 con Costa de Marfil en los Emiratos Árabes.

Sus goles, once en 32 encuentros, y su elevado potencial fueron decisivos en su fichaje por el Roda JC. Una vez más debía aclimatarse a un nuevo país y a una nueva liga. Las dos temporadas que perteneció al club holandés fueron de la mano de su consolidación en la selección marfileña, primero en la juvenil y posteriormente, en 2004, en la absoluta. Estaba viviendo sus mejores momentos como futbolista, e incluso fue decisivo en la llegada de Sekou Cissé al Roda, cuando una nueva sorpresa recompensaría sus años de esfuerzo. En 2005, se llevaría a cabo el traspaso al PSV Eindhoven por 9,5 millones de euros. Con el 10 en la espalda anotó decisivos goles en Champions y en la Eredivisie, pero aún se esperaba más de él y su nombre era el escogido como moneda de cambio en enero de 2007. Aston Villa y Shakhtar Donetsk se metieron en la puja por sus servicios pero el calvario había comenzado.

Durante un entrenamiento Koné se lesionó, sería la primera de muchas bajas, sin que le impidiera celebrar junto al resto de su equipo el segundo título liguero a final de temporada. Tras disputar los partidos clasificatorios para la CAN con Costa de Marfil, regresó a Holanda para iniciar su puesta a punto para la temporada 2007/08. Lo que se esperaba que fuese un verano tranquilo se convirtió en unos meses de incertidumbre y desconcierto. Primero, a finales de julio, padecería la malaria perdiéndose los partidos en Moscú de pretemporada. Su recuperación en agosto le permitió disputar diversos encuentros con la camiseta de su país, despertando una nueva oleada de interés entre diferentes equipos. El Middlesbrough ofreció 6 millones de libras por su traspaso pero se le adelantó el Sevilla FC, cuyas negociaciones con la directiva holandesa estaban encaminadas.

José María del Nido se salió con la suya y fichó al marfileño por cinco temporadas y gracias a 12 millones de euros, convirtiéndose en el fichaje más caro hasta el momento de la entidad hispalense ya que, según palabras del propio presidente, se encontraban ante uno de los mejores atacantes del mundo. Se esperaba mucho de él y a la secretaria técnica no le importó su fragilidad o predisposición a las lesiones ni la dolencia cardíaca que condicionaba su juego, ahuyentando los fantasmas tras el fallecimiento de Antonio Puerta días atrás.

Arouna Koné celebra un gol con el LevanteLlegó a Sevilla con el cartel de estrella pero su decepcionante temporada sugirió que se le abriese la puerta de la salida. Sus escasos minutos, la ausencia de goles y las diferentes carencias que presentaba en comparación con Kanouté y Luis Fabiano solo eran inconvenientes. Para colmo una lesión lo alejó de los terrenos de juego durante una temporada completa. En Sevilla nunca se recuperaría ni conseguiría el hueco que necesitaba para callar las bocas de los que aseguraban que con su fichaje se había tirado el dinero. Un año en el Hannover 96 calmó las aguas, aunque la afición no olvidaba lo que había costado y el nulo rendimiento que había aportado.

Tras lesiones intermitentes, inexistente interés por parte de los técnicos por recuperarle y predestinado al olvido, ha decidido probar suerte una vez más fuera de Sevilla para retar a que su fortuna cambiase. El Levante ha sido el elegido para resurgir de las cenizas. Un club con menores aspiraciones pero que le ha permitido encontrar su lugar y a sí mismo. Con una plantilla que le ha ayudado a reconciliarse con el gol, anotando frente a rivales de la talla del Real Madrid para ser vital en la obtención de los puntos que les colocan en la parte alta de la tabla. A sus 28 años goza de experiencia para aportar ya sea en el Levante o en el Sevilla si supera los 18 goles que condicionan su futuro. De lo que no hay dudas es de que la temporada 2011/12 ha servido para que el marfileño vuelva a confiar en sus posibilidades. En cada uno de sus cinco rezos diarios recuerda a su padre, deseando que esté orgulloso de él y de lo que está consiguiendo. Dándole la razón en la acertada decisión que tomó siendo crío de dedicar toda su vida al fútbol, gracias al que puede ayudar a mantener a su familia.

Quizás no pase a la historia como el mejor delantero de todos los tiempos, ni se convertirá en leyenda, pero Arouna Koné con sus lesiones, gafes y diferentes incógnitas en su trayectoria sevillista, se ha hecho un hueco dentro del elenco de futbolistas más peculiares de nuestro país. En las próximas temporadas sabremos si mantiene dicho tratamiento o, por el contrario, nos sorprende transformándose en imparable goleador de Costa de Marfil.

[video:http://www.youtube.com/watch?v=zvKqQL8ORc8]

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