Arsenal - Manchester: los de Ferguson esperan rival en Roma

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Era bastante previsible. No por el resultado en sí, que era totalmente remontable dado lo escaso de la renta, sino más bien por el juego que uno y otro habían demostrado en el partido de ida. Realmente se presentaba como una empresa difícil, dificilísima para el Arsenal de Arsene Wenger. Este Manchester United no sólo es uno de los equipos más competitivos que tiene el fútbol actual, sino que además es uno de los que mejor juega. Y ambos aspectos volvieron a coincidir sobre el césped del Emirates, en una semifinal que duró apenas 11 minutos. Es que después de los goles de Park y Cristiano Ronaldo (nobleza obliga, partidazo del portugués) se terminó todo para los locales, que simplemente se dedicaron a hacer todo lo posible sin demasiado éxito. Así, los de Sir Alex Ferguson estarán presentes en Roma para defender su título de campeón contra el vencedor de Chelsea y Barça.

Lo dicho: esta semifinal entre Arsenal y Manchester United duró 11 minutos. Si bien el que había tenido la iniciativa hasta esos momentos había sido el local, el gol llegó para los visitantes. Un error defensivo de Gibbs para que el coreano Park marcara a placer y luego un tremendo remate de falta de Cristiano Ronaldo, todo esto en tres minutos, echó por tierra cualquier intento que quisiera hacer su rival. Es que tenían que ser cuatro los goles a anotar. Sí, con todo el partido por delante, pero... ¿Quién está en condiciones de marcarle cuatro al United hoy día? Seguramente el Arsenal no, algo que finalmente terminó sucediendo.

Wenger alineó de inicio un equipo que tenía más aspiraciones ofensivas que el que dispuso en Old Trafford. Era lo lógico si lo que pretendía era la remontada. Van Persie con Adebayor, Cesc y Nasri tratando de servir balones. Pero lo cierto es que el togolés no paró de sufrir ante esa inconmensurable dupla de centrales que tiene el United, Fábregas estuvo lejos de ser el que puede llegar a ser y tampoco el ingreso del zurdo holandés fue decisivo ni mucho menos. Así, el primer tiempo se iba sin demasiadas alteraciones. El Manchester demostraba otra lección de pegada, efectividad y capacidad para manejar los partido a su favor.

El segundo tiempo estuvo bastante de más. Se olía a lo lejos que si un gol del Arsenal no llegaba antes de los 45 minutos iniciales poco podía llegar a suceder salvo un milagro. Y así, evidentemente, se dieron las cosas. El Manchester le bajó los decibelios al cotejo, se dedicó a cederle la iniciativa a su rival y esperar con alguna contra fulminante, de esas que en tres o cuatro toques te ponen de cara al portero. Cristiano Ronaldo en una de esas jugadas, en combinación con un enorme -como siempre- Wayne Rooney, sentenció el choque con un 0-3 exagerado quizás, pero que demostraba  a las claras que los de Ferguson habían sido claramente superiores a los "Gunners" en ambos cotejos. Llegó el tanto de consolación de Van Persie al convertir un penalti que le significó la roja a Fletcher (no es una baja fundamental para la final, está claro) y luego a esperar a que todo finalizara.

Así, el Arsenal seguirá con su karma, aquel que dice que es un equipo incapaz de ganar la Copa de Campeones de Europa, a pesar de ser uno de los fundamentales en su país. Por su parte, el Manchester United espera rival. ¿Chelsea? ¿Barça? Eso lo sabremos mañana. Mientras tanto, poco parece importarles a los de Ferguson después del contundente partido que marcaron. El temor tiene que estar del otro lado. Al fin y al cabo, por algo son los campeones reinantes y se han vuelto a meter en una final.

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