¿Qué le pasa al Atlético de Madrid?
Pese a ser un temporada llena de cambios, el Atlético de Madrid no está funcionando como quiere su entrenador y lo está pagando caro

Lejos de su mejor nivel, el Atlético de Madrid sigue sin tener un rumbo y está perdiendo esa capacidad que tenía para competir, que le entregaba la facilidad de poder ganar partidos que no merecía debido a las múltiples variantes individuales y colectivas que tenía a su favor. Al mismo tiempo, pese a intentarlo de muchas maneras, Diego Pablo Simeone no encuentra respuestas a todos los problemas que tiene. Ni su pizarra y capacidad de intervención han levantado a un equipo que no fluye como todos esperábamos que hiciera o que debería hacer debido a los nombres propios con los que cuenta en plantilla.
Pese a ser un temporada llena de cambios (salidas de piezas de la columna vertebral y múltiples contrataciones que tienen que acoplarse a la idea), el Atlético de Madrid no está funcionando como quiere su entrenador y es que, más allá de los jugadores, la esencia del equipo, la que los llevó a ganar títulos y disputar finales importantes, se ha perdido poco a poco, hasta el punto de dejar de ser ese equipo sólido a nivel defensivo y potente en las transiciones ofensivas. Pese a no recibir muchos goles, la sensación que deja el conjunto colchonero es que es vulnerable ante cualquier variante rival y si no llegase a respondes Jan Oblak, los problemas serían aún mucho mayores.
Pero es que, pese a los cambios de dibujos y de intérpretes, el rumbo del equipo no cambia. Un conjunto espeso que se estanca en ataque posicional, que no agrede de manera efectiva de manera directa y que, como si fuera poco, no está teniendo el respaldo en rendimientos individuales sobresalientes más allá del portero esloveno. Un plantilla con nombres propios potentes pero con rendimientos muy bajos y con un entrenador que, pese a ser de los mejores de la última década, sigue sin poder darle el giro de tuerca a la dinámica negativa que tiene el equipo.
Con tanto tiempo para que lleguen las fases definitivas de las múltiples competencias, el Atlético de Madrid sigue en un limbo del que no puede salir debido a los bajos rendimientos, a la ausencia de una idea de juego que potencie a sus figuras y la perdida de la esencia que, pese a no gustarle a la mayoría de las personas, conseguía darle el sello competitivo a un equipo grande del balompié europeo.