El cambio de la Supercopa de España

Se reinventó la Supercopa de España. Esa reinvención viene de la mano de la globalización. No olvidemos el costado humano del jugador.

A medida que van creciendo los índices de productividad, el deporte se va convirtiendo en un escenario donde el show no debe acabar. Es de esta manera donde la Supercopa de España va a dejar de ser a partido único y pasará a disputarse una semifinal compuesta por 4 equipos. El ganador de la misma jugara la final.

Por un lado, una de las semifinales será entre el Valencia y el Real Madrid. Y del otro lado de la llave, el Barcelona se estará midiendo las caras contra el Atlético Madrid. Esta especie de Big Four, se disputará el 8 y el 9 de enero respectivamente. Recordemos que estos partidos se disputaran en Arabia Saudita.

Es a partir de este contexto, donde la globalización va diseminando fronteras. A medida que aumenta la futbolización de la vida y se acrecientan las cantidades de partidos y de exigencias, el deporte pierde tradicionalidad. Los mercados pocos consolidados dentro del fútbol, comienzan a copar la parada. Y al mismo tiempo, hay que cumplir con los caprichos de los grupos económicos. Ir de viaje en viaje, de aeropuerto en aeropuerto, de cumplimientos de marcas en cumplimientos de marcas, de giras en giras.

Cada vez hay menos espacio para el descanso, la recuperación, los entrenamientos. El tiempo es escaso. Y cada vez hay más cosas para hacer. Primero trabajamos y después habrá un espacio de regocijo. Si es que hay. El fútbol se convirtió en una burbuja, donde el futbolista tiene que estar metido al 100 por ciento en todo, donde el estrés de la competencia acapara al jugador, como si fuera una maquina de producir constante y continua.

Son momentos donde hay que redefinir que es lo que queremos para el fútbol. El futbolista debe producir, claro. Pero el capitalismo no debe olvidar el costado humano. No debe haber una despersonalización.

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