Cruyff: el punto de inflexión
Se inauguró el nuevo estadio de Johan Cruyff donde jugaran los equipos de base y femenino del Barcelona. Reconocimiento.


En épocas donde la inmediatez apremia los tiempos, el reconocimiento y las estatuillas pierden pisadas. Esas estatuillas que alguna vez resonaron las historias de los pasillos de los clubes, la felicidad de las gradas y los pies a traves del toque y el control como operación de juego. Es aqui, donde debemos subrayar que vivimos en tiempos donde importa mucho más el club antes que los protagonistas de esos clubes. Ahi se dejan algunos resabios de identidad atrás. Sin embargo, hay un personaje que sigue marcando tendencia tradicionalista marcando indefectiblemente un leitmotiv: no se puede entender una cosa sin la otra. Hasta aca llegamos: el Barcelona no se puede pensar sin Cruyff.
El Barcelona terminó inaugurando, como si fuera un acto de justicia, el estadio Johan Cruyff. Un estadio, con una capacidad de 6000 personas, situado al lado de la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Un sitio donde como medio per se es solo eso, un sitio. Sin embargo, ese lugar es donde el Barca B, las juveniles y el fútbol femenino haran de local. Y sumado a esto, en el sector preferente, se situará el lema identitario: “Mes que un Club”. Todos elementos que enaltecen una manera de pensar y sentir el juego. Una manera trascendental en busca de chavales que comprendan que estan en un lugar donde no se debe renegar del juego asociado, donde el pase es al ras del piso, donde la pelota tiene que poseer un buen trato, donde la búsqueda es encontrar a un compañero en ventaja en cuanto a tiempo y espacio.
Johan Cruyff dejo no solo un legado, sino también demandas y obligaciones en el inconsciente popular. Esto de: “hay que rendir tributo a esta persona que nos espeja como institución”. A partir de este impulso, se llevó a cabo la instalación más emblemática de la ciudad deportiva, que tendrá el nombre de la leyenda holandesa, que estuvo en el Barcelona cinco años como jugador, y que como entrenador genero una revolución conformando una filosofía de juego, una cultura, en una realidad donde las revoluciones son excepciones y no la norma.
Generalmente las idealizaciones necesitan de un equilibrio. Hay idealizaciones que conforman fundamentalismos. Pero la idealización con la dosis justa lleva a comprender de donde venimos, hacía donde vamos, que es lo que somos. Y el Barcelona tiene una manera de encarar el estado de cosas donde se reconoce y al mismo tiempo es reconocido. Y Johan Cruyff es la piedra angular.