¿Por qué Philippe nunca fue Coutinho?
El brasileño nunca pudo ser él mismo en el Camp Nou, donde querían que él fuera alguien que no podía y nunca logró ser por completo.
Después de la salida de Andrés Iniesta con destino a Japón, el FC Barcelona comenzó un proceso de búsqueda de ese interior que le diera continuidad a una idea de juego que le había dado históricamente resultados. El problema, más allá de que no existen dos futbolistas iguales, es que la elección la tomaron los mismo que pensaron en su momento que Ivan Rakitic tenía que suplir el rol de Xavi Hernández. A partir de ahí, cada decisión sería negativa debido a que la intención era encontrar una respuesta a algo que siempre defenestraste desde que pisaste el Camp Nou. Querían darle continuidad a un concepto que nunca entendieron, nunca quisieron y que terminaron de destruir ellos mismo.
En Philippe Coutinho pensaron que tendrían ese futbolista que cumpliría con el rol de Iniesta y le daría continuidad a Johan Cruyff, Pep Guardiola y compañía. Sin percatarse, meramente, que el brasileño es un jugador diferente, con mucha calidad, pero sin las capacidades que lo podían convertir en ese interior izquierdo que todos ellos pensaron que sería.
En sus primeros compases como blaugrana, y aun con seis meses de Iniesta, Coutinho fue ubicado en banda derecha donde demostró que es un futbolista del último tramo de la cancha, con capacidad de decidir encuentros y de ser determinante a partir de su pegada. Recibiendo en banda, interiorizando en conducción y generando desequilibrio que solo surgía efecto lo más cerca del área rival posible. Pero, con la salida de Andrés, lo ubicaron como interior zurdo con la intención de colocar, al mismo tiempo, el tridente Lionel Messi-Luis Suárez-Ousmane Dembélé en ataque. Ahí fueron que los problemas comenzaron a aparecer porque el brasileño no es un futbolista de un ritmo alto de pase sino todo lo contrario. Recibía y se tomaba su tiempo, tenía contactos excesivos con la pelota y termina tomando decisiones equivocadas tanto a la hora de moverse como se posicionarse, dejando en claro que no tenía noción de la posición que ocupaba. Además, al mismo tiempo, perdió todo lo que ofrecía en el último tramo, debido a que estaba más lejos de la zona de impacto.
Después, con la lesión de Dembélé, aparecía ocasionalmente en esa posición pero, debido a como estaba confeccionado el equipo, no necesitaban de él. La ausencia del francés se notó ante la necesidad de velocidad, piernas y energía que necesitaba el ataque blaugrana con Messi y Suárez cada vez más grandes. Él al ser un jugador de recibir al pie, y no al espacio, terminaba siendo más de lo mismo. Terminó siendo un jugador innecesario que no podía cuajar donde más lo necesitaban y que ya no podía lucir donde él brillaba anteriormente.
Coutinho es un futbolista con cualidades que, con total seguridad, brillará en Alemania al tener un punto de partida más adelantada y con un entorno que lo puede rodear de maravilla (Thiago Alcantará, Kingsley Coman y Robert Lewandowski), terminó chocando con el Camp Nou, no por ser un mal un jugador o, como muchos los terminaron denominando, un futbolista de Youtube, sino porque nunca le ofrecieron el contexto que él necesitaba para sobresalir y, cuando le dieron la oportunidad, terminaron enjaulándole en una posición y en un rol que por características no estaba capacitado para cumplir. No lo querían a él, sino lo que pensaban que podía ser y, al final, no fue ni lo que ellos querían que fuera, ni Philippe nunca pudo ser Coutinho.