Tanguy Ndombele para la medular de Mauricio Pochettino
El volante francés llega al norte de Londres para darle al Tottenham las variantes que necesita para poder mantenerse en el primer nivel
Francia se ha convertido en la cuna de los talentos a nivel mundial, lo que se ha reflejado en la selección que quedó campeona en la Copa del Mundo de Rusia 2018 y en la cantidad de jugadores que abandonan sus tierras en dirección a grandes de España, Inglaterra, Italia y Alemania. El último de este grupo es Tanguy Ndombele que, después de grandes temporadas en el Olympique Lyon, se mudó a Londres para jugar a las órdenes de Mauricio Pochettino en el Tottenham Hotspurs que viene de jugar la final de la Champions League en el Wanda Metropolitano de Madrid y que tiene la intención de mejorar sus prestaciones en esta temporada.
Ndombele (1996) es un volante que puede jugar a diferentes alturas en el carril central, tanto como mediocentro defensivo como interior organizativo, donde destaca por su físico (1,81m y 76 kg) a la hora de proteger la pelota con su cuerpo en salida del balón y por su técnica a la hora de ejecutar los diferentes movimientos básicos del juego (recepción, orientación, pase y conducción). Pese a tener mucho que mejorar sin balón, tanto en ataque como en defensa, donde deja la sensación de perderse dentro del sistema colectivo, cuando actúa con pelota demuestra estar muy capacitado para organizar a sus compañeros desde el pase (donde demuestra tener un radio de acción bastante grande) y poder darle un sentido a cada posesión.
Más allá del pase, sus conducciones son muy potentes y rápidas, con las que consigue aglomerar rivales y poder liberar a sus compañeros para después activarlos con un pase. Con 22 años, tiene todavía mucho que aprender en cuanto a la toma de decisiones dentro de sus ejecuciones, principalmente en cuanto a la agresividad que le imprime cuando tiene la esférica en sus pies, lo que lo fuerza a tener muchos errores no forzados durante un partido.
En clave Tottenham, Tanguy Ndombele llega a Londres para ser ese volante organizativo con pelota que perdieron desde la salida de Mousa Dembele y que no han logrado sumar con Harry Winks ni con Christian Eriksen un poco más retrasado. El francés es esa solución a los inconvenientes con pelota que han tenido los Spurs durante toda la temporada, donde no han logrado configurar dominios serios en escenarios que le exigían aquello y se han quedado estancados en múltiples ocasiones, ejemplo en la Liga de Campeones de Europa sobre todo ante el Liverpool en la final donde no lograron generar verdadero peligro después de estar por debajo en el marcador. Por otro lado, le entrega a Pochettino una variante más dentro de una plantilla corta y que puede jugarle a diferentes alturas dentro de sus sistema porque, más allá de poder demostrar desde lo organizativo, también puede aportar, pese a desorden posicional, muchas recuperaciones de pelota aprovechando su físico y velocidad en el desplazamiento.
Después de estar mucho tiempo sin fichar jugadores, el Tottenham ha dado un golpe sobre la mesa para quedarse con uno de los mediocampistas más potentes y prometedores de la actualidad porque, si está bien rodeado de una columna vertebral sólida, Ndombele puede seguir creciendo y convertirse en un mediocampista dominante de Europa en la próxima década.