La Argentina de Scaloni, más dudas que certezas

La Albiceleste enfrentará a Venezuela el viernes 28 de junio (16:00 hora local) por los Cuartos de final de la Copa América 2019

Después de la derrota contra Colombia y el empate in extremis ante Paraguay, Argentina tuvo una mejor versión en el partido ante Qatar que, al mismo tiempo, le sirvió para clasificar de la fase de grupos de la Copa América y poder llegar a los cuartos de final, donde se enfrentará a Venezuela. Pese a tampoco ser un conjunto en la máxima expresión de la palabra, La Albiceleste encontró en rendimientos individuales soluciones para la ausencia de un colectivo. Ahora, en la fase del mata a mata, parece que Lionel Scaloni por lo menos encontró el once para basar su idea de su juego.

Aquí explicaremos, en claves, algunos detalles del sistema de juego argentino ante Qatar y que se podían repetir ante Venezuela en el Maracaná.

Esquema 4-3-1-2

Después de esos minutos positivos ante Paraguay, Scaloni decidió utilizar el 4-3-1-2 como esquema principal colocando a Lionel Messi como enganche por detrás de Sergio Agüero y Latuaro Martínez. Por detrás del 10, Leandro Paredes como mediocentro posicional con Rodrigo De Paul y Giovani Lo Celso como interiores, con responsabilidades tanto defensivas como ofensivas. Con los interpretes que utiliza Scaloni, el sistema sufre diferentes mutaciones dependiendo de la fase del juego y con la movilidad de sus intérpretes para rellenar espacios argumentales dentro de la idea de juego.

Presión alta

Argentina, cuando el rival intente progresar desde el fondo con la pelota dominada, ejecuta una presión alta con la línea defensiva estacionada en campo rival y con marcas individuales en búsqueda de recuperar lo más cerca del arco y poder penalizar, como ocurrió en el primer gol del partido ante Qatar. Posicionalmente la presión se reparte con Agüero y Lautaro Martínez con los centrales, Messi con el volante central, los interiores tomando los internos y los laterales vigilando a los rivales que se adueñen de la banda. En ese último duelo es donde La Albiceleste genera dudas y depende los sus interiores para cerrar espacios.

Repliegue medio

Si el rival no sale en bajo, Argentina repliega en su propio campo con un bloque medio, con la línea defensiva adelantada (forzada a defender con muchos espacios a sus espaldas) y con los interiores con una labor capital que nace a partir de la dificultad que tienen los tres atacantes de poder rellenar de manera efectiva los diferentes carriles y cuadrantes. Cuando el rival lateraliza su posición, son los interiores (De Paul y Lo Celso o Acuña) quienes irán a la banda para que no le hagan el 2vs1 al lateral y, al mismo tiempo, el lateral del sector opuesto, se cierra para reforzar la posición fija de Paredes.

Triangulaciones con Paredes

Una de las claves para salir desde el fondo y verticalizar, nacen de las conexiones que pueda tener Leandro Paredes con el lateral-interior del costado donde él decida sacar la esférica, en su mayoría por la derecha. Cuando el del Zenit recibe siempre intenta conectar con el que tenga mayores ventajas para recibir y ejecutar o sino intenta conectar verticalmente con Lionel Messi. El problema nace en la poca velocidad y claridad de la circulación de la pelota que tiene la selección argentina y la necesidad contante de buscar pases verticales para encontrar respuestas en recepciones complicadas o en destellos individuales destacables, lo que se potencia debido a que Paredes no cuenta con el primer pase más sólido.

Interiores-laterales

Otra de las variantes parte de los intercambios de alturas y zonas que ejecutan los laterales con los interiores. Por la derecha, Renzo Saravia y Rodrigo De Paul cambiaron alturas constantemente para que el del Udinese pudiese recibir con un panorama mayor para pasar la pelota o para romper en conducciones, otorgándole a su vez la banda a los laterales para que se proyecten e intenten generar superioridades. En la izquierda es diferente debido a que Lo Celso y Taglaifico cambian zonas más no alturas. El del Real Betis recibe en ocasiones por fuera para que el del Ajax reciba por dentro y así poder combinarse con Paredes, en búsqueda de encontrar huevos dentro de los repliegues rivales con dichos movimientos.

La inspiración individual

Más allá de tener diferentes mecanismos (movimientos a banda, descensos para combinarse y desocupación de espacios para que el otro reciba), la sensación que deja la delantera argentina es que todo lo que se genera parte de la inspiración individual que puedan tener Agüero, Lautaro, Dybala y Messi, más la ayuda de las intervenciones de Rodrigo De Paul en conducción/verticalización o Lo Celso desde el pase y no mucho más. Eso evidencia que, teniendo el ataque más poderoso en nombres de toda la competencia, solo lograran anotar tres goles (uno de penal, uno post error rival y otro después de una gran juagada entre el Kún y Dybala). Hasta el día de hoy, lo mostrado por Argentina en la Copa América se basa más en un conglomerado de individuales más que un conjunto como tal. Ante eso, y con un rival como Venezuela (con ideas claras y un concepto bien integrado), podrían salir las costuras que tienen desde el 2016.

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