La pizarra de Queiroz ante Argentina

Con goles de Roger Martínez y  Duvan Zapata, Colombia derrotó 2-0 a Argentina en el debut de ambas en la Copa América 2019

Más allá de lo problemas estructurales de Argentina, que trascienden más allá de la selección de jugadores y la capacidad que tiene un entrenador para transmitir su idea de juego, Colombia consiguió un performance colectivo maravilloso de la mano de Carlos Queiroz que, en su primer partido oficial como entrenador dentro de la Conmebol, demostró que es un genio en la materia. Desde su propuesta inicial, puesta en escena y posterior intervención para volver a tomar la batuta, el portugués le dio una clase tanto a Lionel Scaloni como a todos los que lo criticaban por “no conocer la materia prima que tenía” o “por no estar capacitado para dirigir planteles repletos de estrellas”.

Analizaremos, en claves, los puntos fuertes del combinado cafetero y como la pizarra de Queiroz ayudó a minimizar a un rival que, pese a tener diferentes problemas colectivos, contaba con figuras como Lionel Messi y Sergio Agüero.

Puesta en escena: Pese a que la transmisión dibujara un 4-2-3-1 con Luis Fernando Muriel, James Rodríguez y Juan Guillermo Cuadrado por delante de Matheus Uribe y Wilmar Barrios, Colombia se ordenó en un 4-3-3 con el de la Juventus ubicándose como interior derecho junto a Uribe (interior izquierdo) y Barrios que se ubicó como pivote más retrasado. Dicho esquema mejoraría con la entrada de Roger Martínez, quien se ubicaría por izquierda, por Muriel. James se ubicó como extremo derecho pero con la libertad de aparecer donde él quisiera, donde el equipo más lo necesitara.

En defensa: la intención principal de Colombia era apretar mucho en la línea media, donde buscó recuperar y atacar con agresividad. Dicho mecanismo se potenció ante un rival lineal, que no tenía juego entre líneas y que no lograba pasar sin verticalizar.

En ataque: Con Cuadrado y James en un costado, Queiroz intentaba atraer el juego a este costado, junto jugadores propios como rivales, para debilitar el lado opuesto y que fuera Roger Martínez (como en el 1-0) quien atacara con agresividad a Renzo Saravia y aprovechando que Giovanni Lo Celso, volante de aquel costado, no tenía sacrificio defensivo como un externo natural.

Pese a encontrar los caminos, Colombia no encontraba claridad debido a que le costó, a diferencia de activar el costado opuesto, encontrar remates sencillos ante la aglomeración de defensivos que implementó Scaloni cerca de su propia portería. Muy cerca de Franco Armani.

Intervención decisiva: Con el comienzo de la segunda mitad, Rodrigo De Paul saldría a escena, por Ángel Di María, y atacaría constantemente la espalda de Cuadrado que, al no ser un interno natural, generaba muchas dudas a nivel defensivo. Argentina ganó metros y profundidad con los apoyos que hacía el volante de Udinese. Este escenario trajo consigo a un Lionel Messi más participativo y con mayores libertades en el carril central y a una Albiceleste más peligrosa.

Pero, 18 minutos después, Queiroz intervino y cambió nuevamente el rumbo del encuentro. El portugués le dio ingreso a Jefferson Lerma por Cuadrado, confeccionó un conjunto más compacto neutralizo las intervenciones internas de De Paul, a quien también secó Stefan Medina, y Colombia comenzó nuevamente a dominar. Por otro lado, con dicho ajuste individual, liberó mucho más a James Rodríguez y su capacidad de golpeo para poder potenciar, aún más, sus cambios de orientación y, a su vez, darle mayor participación a Roger Martínez atacando el lado más frágil de Argentina.

Pese a que el partido terminó de abrirlo un poco tarde, Colombia dio una demostración de lo que es capaz desde la llegada de Queiroz. Más allá del gran partido de nombres propios, como Stefan Medina, Wilmar Barrios y James Rodríguez, la victoria cafetera se entiende desde la capacidad de su entrenador de plantear un partido perfecto y de intervenir de una manera diferencial.

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