Inglaterra y la actualización de la doctrina

El Tottenham y el Liverpool protagonizaran la final de la Champions League. Un encuentro que tiene un contexto de trasfondo. Desandémoslo. 

La tradición en el deporte es un punto fijo que hay que respetar, porque nos indica que es lo que fuimos para saber que es lo que estamos haciendo en el presente. Es como un espejo retrovisor. Sin embargo, la vida va mutando y la actualización de esa tradición doctrinaria es saludable. Saber cómo es nuestro contexto y en que transfórmanos, es un aliciente que debemos tener a mano para evolucionar y no mirarnos en el espejo y gustarnos demasiado.

Hay lugares que les ha costado modificar su tradición con el tiempo. Hay pensamientos rígidos que buscan conservar lo que se tiene. Recordemos, por ejemplo, que la escudería Ferrari incluyó el motor V8 de forma más tardía que las demás. Con el transcurrir, eligio mantener sus raíces, pero le agrego nuevos condimentos para no quedar rezagado en la competencia con los demás monoplazas.

Es así que llegamos a nuestro objeto de análisis: el futbol en Inglaterra. Como se sabe, este país es el fundador de este deporte. Sin embargo, el mote de creador llevo a que esta región se mire su propio ombligo, sintiéndose cómodo con su propia tradición. Mientras pasaba esto, la puesta en escena fue girando hacia un nuevo paradigma globalizante: el futbol emigro. Los conceptos se fueron hacia afuera e Inglaterra le costo ese proceso de extranjerización.

Mientras otros países fueron generando registros del juego y disciplina colectiva, abriéndose al mundo, como sucedió con Corea del sur en el 2002 o Australia en 2006 con Guus Hiddink, Inglaterra se olvido de darle a su tradición mayores posibilidades y probabilidades de juego. A pesar de la revolución de la idea que llevo a cabo Arsene Wenger con su Arsenal en la Premier League, con jugadores jóvenes, de juego pulcro y asociativo, todavía el futbol inglés seguía yendo a velocidades no recomendadas, equivocaba intensidad con inteligencia y saltaba líneas.

Por otro lado, la cultura del juego no se edificó en Inglaterra debido a la poca inventiva que provoca el exceso de dinero. Esa desmesura como ley, lleva a centrarse en la compra de jugadores, de estrellas y a no tener dentro de sus pergaminos la tutela del crecimiento local, la confianza de la evolución del joven, a la instauración de fundamentos de juego. La incógnita es la siguiente: ¿Cómo confiar en el chico y en su lugar, si ese espacio es ocupado por el fichaje del jugador de turno?.

Sin embargo, el país ingles esta viviendo en su liga el arribo de entrenadores que mejoran jugadores e instancias de funcionamiento. No es gratis que el Tottenham y el Liverpool hayan llegado a la final de la Champions League 2019. Como dice una máxima: el resultado no se puede elegir, pero si se puede optar por un juego que nos otorgue mayores condiciones de llegar a instancias decisivas.

Hoy por hoy se ve en el Manchester City (Guardiola), el Tottenham (Pochettino) o el Liverpool (Klopp), equipos que han dejado de lado el aspecto metódico, el rol excesivo del entrenador en las influencias tácticas, las líneas ajustadas, el juego de “la segunda pelota”, el salteo de eslabones de juego que estaban asentados en Inglaterra. Se ha quitado un poco de orden y control a la sustancia y se le ha agregado más placer, riesgo y astucia.

¿Qué es lo que se puede ver? entrenadores más versátiles y con clarividencia para tomar decisiones, equipos menos esquemáticos y más líquidos dejando de lado el 4-4-2 rígido del mundial de 1966, centrales que generan el primer pase, los laterales que ocupan diferentes zonas, posiciones y tienen vocación ofensiva, el mediocampo dejo de ser un lugar de tránsito, los delanteros no solo tienen el reduccionismo del gol sino también engranan con el circuito de juego. Como decíamos: mayores argumentos para alcanzar el resultado.

Hay que subrayarlo: hoy por hoy no alcanza con lo de antes. El fútbol se volvió mas sofisticado, los jugadores más curiosos, las nuevas tecnologías permitieron el conocimiento de como se establece cada equipo. La pereza no es una solución. Si la beligerancia y la persecución de ser cada día mejores.

Artículos destacados

Comentarios recientes