Otra noche mágica de Lionel Messi
El FC Barcelona derrotó 3-0 al Manchester United por el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa
Con dos goles de Lionel Messi y otro de Phillipe Coutinho, el Fútbol Club Barcelona derrotó 3-0 al Manchester United por el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa, con el que cerró su clasificación a las semifinales luego de tres temporadas de no estar en dicha instancia. El Camp Nou fue sede de otra nueva noche mágica del argentino que, como lo dijo en el inicio de la temporada con micrófono en mano, va por todo por una nueva Orejona para su vitrina y para la del conjunto blaugrana.
Pese a que el resultado deje la sensación de que el partido no fue competido, los Red Devils dejaron ratos de muy alto nivel pero cometiendo muchos errores que son imperdonables en estas instancias de la Champions League, y mucho más cuando tienes a Lionel Messi en el otro lado del campo.
Planteamiento inicial de Solskjaer. Los Red Devils intentaron desde el inicio, en esos primeros 10 minutos muy potentes, presionar para neutralizar la salida del balón de lo de Ernesto Valverde y cerrando carriles interiores para que ni Busquets ni Arthur lograran tener influencia en el desarrollo del encuentro. Para ello, Solskjaer planificó una presión bastante particular, con Ashley Young persiguiendo a Lionel Messi y cerrando a Lindelöf para formar una línea de tres centrales en el fondo. Igualando duelos en el medio campo con tres volantes de marca y con los tres ofensivos frenando la participación de Piqué y Lenglet.
El único inconveniente de dicha presión nacía en los carriles exteriores donde, Sergi Roberto por derecha y Jordi Alba por izquierda, empezaron a recibir con bastante comodidad y neutralizando la presión del Manchester, que nunca pudo reaccionar a dicho ajuste el inicio de juego del FC Barcelona.
Luis Suárez, interprete de la reacción. El dominio del Manchester duró muy poco y todo debido a las lagunas que dejaba su presión en salida del Barcelona. Con los carriles libres para los ascensos de Sergi Roberto y Jordi Alba, el inicio de juego de los de Valverde comenzó a ser mucho más tranquilo. Pero, la verdadera clave para dar el golpe sobre la mesa y comenzar a dominar el encuentro a su favor fue Luis Suárez.
El uruguayo, pese a no tener un partido de gran nivel, fue el responsable de atacar los espacios que dejaban el sistema defensivo del United en transición. Con Yyoung vigilando a Lionel Messi se generaba un espacio bastante amplio en la banda izquierda que Luis Suárez atacó con mucha inteligencia y agresividad. Y en oportundiades, con la verticalidad con la que jugaba Coutinho, también iba a esa banda a atacar los espacios vacios que se generaban ante el cierre posicional de Lindelöf.
Toques de Suárez:
Errores de los Diablos Rojos. Ya perdiendo el dominio del encuentro, los de Solskjaer comenzaron a su vez a cometer errores imperdonables en la Champions League, con la intención de ser mucho más agresivo a la hora de tener la pelota, ser más directo y hacer daño rápido para poder ponerse rápidamente en partido. Pero, ante un rival con mucho más calidad técnica, era difícil completar dichas acciones sin ser penalizado. Mucho más, por Lionel Messi.
Lionel Messi. Parece ser repetitivo pero el partido de Lionel Messi fue una verdadera maravilla. Esta vez con una primera pincelada, luego de un error en salida de Young, que nos lleva a sus comienzos de jugador yendo de afuera hacía dentro para definir en la frontal del área. El segundo, que pese a ser un error de De Gea, el argentino recuperó la pelota y definió de una manera anormal para él..
Dormir a un rival sin reacción: Después del 2-0, el Barcelona metió el partido en el congelador. Comenzó a construir ataques con posesiones largas que, ante un rival desajustado, fueron casi siempre positivas en el desarrollo del partido. En ese escenario, la principal vía ofensiva para los de Ernesto Valvderde fue la banda izquierda con un Jordi Alba sublime que, ante un rival que no es habitualmente un lateral, no tuvo una oposición tan clara. Las rupturas del lateral español, como en el 3-0 de Coutinho, fueron verdadero veneno para el United.
Por su parte, después de esos primeros compases, los de Solskjaer nunca encontraron el rumbo para volver al partido. Ni en el marcador ni en el desarrollo. Los golpes que significaron los errores en ambos goles fueron lapidarios y, verdaderamente, nunca logró competir al nivel que se exige en estas instancias de la Champions.