Messi y el quiebre de la frase: “el talento viene de la cuna”

El 10 argentino, a sus 31 años, ha ido evolucionando su juego. Messi nos muestra que el talento es un camino, no solo un inicio.

En una de las tantas exposiciones que realizó el TED, Toni Nadal, tío de Rafael Nadal, disertó hablando sobre el valor del esfuerzo. En la plática, reparó en la siguiente situación: los chicos de hoy en día, al tener tantas cosas, cómo la tecnología, estudios audiovisuales, estudios mecánicos, estadísticas de lo que tienen que hacer, no resuelven por si solos ciertas situaciones que se le van presentando. E inmediato, respaldó esto, manifestando que cuando su sobrino arribo al circuito ATP, se topo con jugadores muy jóvenes que estaban liderando el ranking. Tal es el caso de Hewitt, Roddick, Federer, Coria, Nalbandian. Luego, sentenció que hoy en día los que están sobresaliendo dentro del ATP son jugadores que sobrepasan los 30 años: el mismo Rafa, el mismo Federer, Djokovic. Finalizó, diciendo, que, en etapas de formación, hacerles la vida tan fácil a los jóvenes no ayuda para nada y que el talento se cultiva a través del trabajo.

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Este planteamiento, me da el puntapié para hablar sobre una o tal vez la cualidad a resaltar que tiene Lionel Messi. Hay cuestiones de la naturaleza que no se pueden modificar. La biología es sabia. Jugadores como el argentino, con el correr del tiempo, van percibiendo que la edad les va mostrando obstáculos: reducís tus periodos de explosión, de aceleración, de sacarte hombres de encima con tanta facilidad. Ante esa situación, de alguna u otra manera hay que encontrar el antídoto para poder sobrevivir.

La supervivencia dentro del deporte, está íntimamente ligada al sentir que tengas sobre lo que haces. Si hay cierta indiferencia, el crecimiento no será exponencial. Pero si amas lo que haces, buscas las formas para poder renovarte. Lo podemos ver en deportistas como Roger Federer. Deportista que ama lo que hace. Pero supo que, para poder sostenerse en la elite, debía reciclarse y transformar su juego. Añadirle a su repertorio la capacidad de realizar puntos más cortos, de perfeccionar su saque, de ser mas decisivo en cada golpe, de alternar mejor cada situación de juego.

Esto mismo se puede traducir en Messi. Uno va reconociendo los problemas que le van surgiendo. Con el tiempo te vas dando cuenta, que cuando pasas a un jugador, ya no es lo mismo que antes. En antaño, eliminabas a tu adversario y le quitabas un tramo. Ahora te quitas de encima a un rival y ese mismo contrario llega a reposicionarse para poder reducirte el margen de acción. Ante esa situación, nace una necesidad. Y la necesidad no es solo explotar tu lectura de saber manejar las diferentes velocidades del juego, sino también de generar otros registros que te permitan tener mayores posibilidades de sobresalir dentro de un partido. La asistencia, la entrega de un pase en ofensiva, el efectivizar la estadística de tiro libres, el madurar la interpretación del juego son escenarios que hizo surgir Messi en su caja de herramientas.

Sabemos que el argentino, tiene talento biológico, desde la cuna, cómo quieras llamarle. Pero la frase: “el talento viene de la cuna”, termina siendo perjudicial si no se comprende que el virtuosismo es el principio y no la meta. Que el talento es un proceso de disciplina. Y que la transferencia de conocimiento, forma parte de cualquier rango de edad. Ya seas infanto o un jugador cercano al retiro. Y Messi ha sido eso: el aprendizaje como proceso.

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